El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y sus líderes son los principales responsables de la corrupción en la justicia porque fueron ellos que designaron a los jueces de todas las cortes y nombraron los fiscales incluyendo al Procurador General de la República.
Corromper jueces, fiscales, abogados, alguaciles y policías fue una labor política para evitar que los funcionarios ladrones, enriquecidos al vapor tras su paso por el Estado, terminaran en la cárcel. Fue Danilo Medina quién en su discurso de toma de posesión llamó al pueblo a “no mirar hacia atrás ni lanzarle ladrillos al pasado”. Fue Danilo quien firmó un pacto indecoroso de impunidad con Leonel Fernández para secuestrar la democracia dentro de su partido y reelegir a los senadores y diputados señalados o sometidos a la justicia por prevaricación.
La corrupción en la justicia es la misma del gobierno, la del Barrilito de Reinaldo Pared Pérez y del Cofrecito de Julio César Valentín y Abel Martínez, la misma de los permisos para la importación de alimentos que funciona desde el Palacio Nacional, la misma de los hermanos Florencio en la Oficina Supervisora de Obras del Estado que se descubrió tras el suicidó de un infeliz arquitecto porque no le pagaban y además lo extorsionaban, la misma que convierte en millonarios a coroneles y generales de la Policía y las Fuerzas Armadas.
El sistema político está podrido dejando un hedor nauseabundo –a perro muerto- que parece no molestarle a nadie dentro del PLD y su gobierno.
Para justificar la decisión política partidaria de no recurrir la sentencia de la Suprema Corte de Justicia que favoreció al senador Félix Bautista a quien había acusado de prevaricación y lavado de activo en un expediente de 412 páginas, el Procurador Francisco Domínguez Brito dijo no creer en la justicia. ¡Y no recurrió a pesar del reclamo de instituciones sociales!
Inmediatamente después el presidente de la SCJ Mariano Germán manifestó creer en sus jueces, sin pensar ambos, que pocos días después se destaparía un escándalo mayúsculo que involucraría jueces, fiscales y abogados que debió terminar con la destitución del Procurador, el presidente de la SCJ y los jueces involucrados en las mafias, que no son sólo los nombrados hasta ahora.
(En este país existen varias oficinas millonarias de abogados “prestigiosos” que “resuelven” casos de asesinatos, narcotráfico y corrupción comprando jueces y fiscales. Es un secreto a voces, todo mundo saben dónde están y quienes las encabezan)
Para unas cosas a Domínguez Brito la justicia no le merece confianza, pero para otras sí.
Depende de sus intereses políticos, no jurídicos. Recordemos que Félix Bautista en estrado, frente al “juez” del PLD Alejandro Moscoso le recordaba su primacía en el partido del cual es secretario de organización.
Bautista no estaba ante la máxima autoridad judicial, estaba ante compañeros que le debían pleitesía por su alta investidura partidaria.
El problema de la justicia, no es la magistrada Awilda Reyes Beltré y los demás implicados en el escándalo, el problema es el PLD que ha envilecido todos los estamentos de la sociedad para garantizarles impunidad a sus dirigentes. El problema de la justicia no se resuelve cancelando o enviando a la cárcel a dos o tres jueces, el problema se resuelve sacando al PLD y su gobierno del poder para que no siga haciendo tanto daño.