SANTIAGO.- A poco más de un mes de ser reinaugurado el parque Duarte, el lugar de esparcimiento mayor importancia simbólica de su género de esta ciudad, comienzan a mostrarse signos de que podría volver a ser escenario de la arrabalización que, con los trabajos a que fue sometido, se buscó que ese estado de abandono formara parte del pasado.
La belleza estética de la plaza, en cuya rehabilitación el gobierno municipal invirtió casi cinco millones de pesos, poco a poco es ocupado por improvisados puestos de productos comestibles, cuyos desperdicios amenazan con ensuciar los adoquines colocados en la superficie.
En un recorrido hecho por el entorno del parque, localizado en el mismo centro de la ciudad y al lado de la Catedral Santiago Apóstol El Mayor, principal tempo católico de aquí, incluso se pudieron observar ropas recién lavadas secándose con los rayos del sol.
Los periodistas se interesaron en saber a quién pertenecían esas prendas de vestir y, aunque no los identificaron físicamente, los cuestionados dijeron tener la percepción de que podrían ser de uno de los haitianos que se mantienen allí por casi todo el día.
En efecto, en gran medida el parque Duarte es frecuentado por esos extranjeros, que se han hecho habituales allí desde hace varios años. Muchos de ellos residen en los alrededores, pero otros llegan desde otros puntos de la ciudad y que especialmente se dedican a la labor de limpiar zapatos.
Por igual, grandes fundas llenas de desperdicios que al medio día no habían sido retiradas por los camiones que tienen asignados la labor de llevarse la basura que colocan en esos lugares las brigadas de la Alcaldía encargadas de mantener limpio el sitio.
Empero, la colocación de los desechos en dichas fundas contrastaba notablemente con la acumulación de basura en otras zonas del parque, completamente a la vista de los visitantes.
En la entrada norte de la plaza, justo en la esquina que conforman las calles Del Sol y 30 de Marzo y a escasos metros de un busto del patricio Juan Pablo Duarte, una señora decidió instalar un puesto de comidas y bebidas, con el aparente consentimiento de las autoridades del municipio.
Mientras la arrabalización amenaza con adueñarse nuevamente del parque Duarte, aparentemente la Alcaldía no ha colocado allí, al menos en horas diurnas, empleados de la institución que se encarguen de evitar tal cosa.
El reacondicionamiento de la plaza se tomó varios meses y fue reabierta el 4 de noviembre pasado, con una inversión de 4 millones, 800 mil pesos, de acuerdo a los datos ofrecidos por el alcalde Gilberto Serulle en esa ceremonia.
El administrador municipal y varios empresarios locales que hablaron en el elogiaron la obra y exhortaron a la ciudadanía a preservar la hermosura de la misma, trabajos que tuvieron bajo la responsabilidad de los técnicos del departamento de Obras Públicas Municipales, así como de varios contratistas.
La obra, que fue concebida por el cabildo en coordinación con el consejo que dirige el Centro Histórico de Santiago, tiene como objetivo fundamental poner en práctica acciones que convierta a la ciudad en un verdadero destino turístico.