Las elecciones del 15 de mayo de 2016 podrían ser las más complejas de todas las que se han celebrado en la República Dominicana. Se escogerán millares de puestos electivos, en un evento conjunto de presidenciales, congresuales y municipales, cuya última experiencia se produjo en el año 1994, en la que los cargos que se exponían eran menores y no estaba en vigencia el voto preferencial para los diputados y tampoco, como será en esta ocasión, se sufragaba directamente por los distritos municipales.
Esa complejidad demanda de una amplia y efectiva campaña educativa de parte de la Junta Central Electoral, como forma de prevenir un elevado número de votos nulos. La experiencia indica que un alto porcentaje de la población no sabe votar y es necesario explicarle que se le entregará tres boletas de poderes diferentes y en cada una podrá optar por los candidatos de su preferencia.
Hay tiempo de sobra para que la JCE implemente esa campaña instructiva por todos los medios de comunicación, que involucre a un 10% de la población considerado analfabeta, porque no sabe leer ni escribir, pero que sufragaría guiándose de las imágenes de los candidatos que aparecerán en las tres boletas.
La celebración de elecciones conjuntas se trata de un ensayo único, pues los comicios separados, como se estila en la mayoría de los países con mayor y con menor desarrollo que el nuestro, se harían de nuevo en el futuro, aunque con fechas cercanas, para evitar el pretexto de que los dominicanos están cansados de proselitismo, pues salíamos de un certamen para abocarnos de inmediato a la campaña del otro.
La experiencia indica que la población dominicana ha retrocedido políticamente, a tal punto que fue alto el porcentaje de personas que confundió las primarias del PLD con el certamen nacional, lo que da la sensación de partido único y remonta a los tiempos del Partido Dominicano y la tiranía trujillista.
Pero esa razón obedece a la ausencia de oposición, al excesivo asistencialismo gubernamental y al protagonismo mediático y propagandístico del oficialismo. Le toca a la JCE edificar debidamente al electorado. Y dada la complejidad de este certamen comicial prometo continuar abordando el tema para las próximas entregas.