La República Dominicana asumirá la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en un entorno regional caracterizado por la falta de consenso entre los países que integran ese bloque.
La crisis de Venezuela, que plantea un enfrentamiento entre poderes, es uno de los asuntos complejos que habrá de lidiar la presidencia Pro Tempore que encabezará Dominicana.
De igual forma, habrá de lidiar con las críticas que miembros de la CELAC formulan hacia el gobierno del presidente Maduro por alegadas violaciones de los derechos humanos.
En Venezuela hay decenas de opositores presos, lo cual no es común en el subcontinente, situación que ha venido siendo denunciada principalmente por el recientemente instalado gobierno de Argentina.
Existen además diferendos en la región, como el de Chile y Bolivia. Esta nación reclama territorios que le permitan la salida al mar y que perdiera durante una guerra con sus vecinos.
Se espera que la gestión Dominicana en la CELAC trate de acompañar a Colombia en sus esfuerzos de paz, una tarea que ya la ONU ha hecho suya y que tiene el estímulo de muchos otros países.
Sin embargo, el asunto es más complejo y está relacionado a la geopolítica. Los países alineados al concepto bolivariano o socialismo del siglo XXI, que ha estado liderando Venezuela, entienden la CELAC debe distanciarse de Estados Unidos, criterio que no comparte el resto de los integrantes.
La falta de consenso fue descrita este jueves por el propio presidente de Ecuador, Rafael Correa en sus palabras de apertura de la Cumbre:
"Lamentablemente por falta de consenso y diferentes visiones sobre la Celac que, en lo personal, no considero excluyentes, no se han podido plasmar estos ejes en metas cuantificables y en una agenda común".
Uno de sus planteamientos es que la CELAC reemplace a la Organización de estados Americanos (OEA), pero ese planteamiento no es compartido la mayoría de las naciones de la región, que entiende que es un mecanismo que hoy sirve para que América Latina y el Caribe se conecten con las principales economías del mundo como son Estados Unidos y Canadá.
Expertos consideran que la OEA históricamente no puede operar como lo hacía en el pasado, pero si bien puede ser el foro ideal para discutir temas como los de comercio, migración, seguridad y cooperación.
Esta visión está favorecida por el acercamiento que se experimenta entre Cuba y Estados Unidos, empeñados en superar sus diferencias y estrechar lazos diplomáticos, comerciales y culturales.