“Esos que vienen en el motor están raros, deben ser atracadores”, son pensamientos que diariamente emanan, tanto del cerebro de aquellos ciudadanos “de a pie”, como de los que se transportan en sus vehículos y que por obligación deben llegar de noche a sus casas, exponiéndose a ser atracados por uno que otro motociclista de “perfil sospechoso”.
El pasado mes de enero del año en curso, el jefe de la Policía Nacional, mayor general Nelson Peguero Paredes, informó que se había decidido que detendrían las motocicletas con dos personas a bordo, para investigarlos y verificar que tengan sus documentos en orden. Muchas son las reacciones que provocó esta decisión, y bastante son los artículos que se pueden leer condenando esta nueva manera de accionar. Este artículo lo escribo para elevar la discusión sobre este tema, analizándolo desde el rigor que caracteriza al sistema penal dominicano, y lo dedico a todo aquel que ha sido atracado o que ha estado a punto de estarlo, y a todos los que se exponen a ser atracados.
La decisión tomada por la Policía Nacional debe ser analizada en un sentido amplio para poder comprenderla y así criticarla. La misma refleja un tema que ha sido abundantemente discutido, incluso desde el nacimiento de la criminología. Lombroso con la doctrina del “criminal nato”, dio origen a una teoría que aun hoy día es tema de discusión. Con el paso de los años, podemos apreciar que partiendo de las ideas planteadas por Lombroso, han ido naciendo nuevas corrientes en el derecho penal, cuyos métodos aplicados para estudiar al criminal, merecen ser valorados.
Es común en la criminología analizar el perfil del criminal para diversos fines, entre los cuales se destaca fortalecer la prevención de actos delictivos, fundamentándose en ciencias auxiliares de la misma criminología. La doctrina de Lombroso se basaba en determinar quién podría ser criminal, atendiendo a las anomalías físicas tales como frente estrecha, asimetría craneana, prominencia de los arcos ciliares, entre otras. Claro está que esto quedó desfasado y es inaplicable, ya que el hecho de ser feo no te hace criminal. Pero, ¿Qué sucede si fundamentamos los métodos para determinar el perfil de un criminal, en datos estadísticos probabilísticos, más que en análisis meramente clínicos? Determinar quién tiene un perfil sospechoso no es capricho de una autoridad, cuando los métodos de observación e investigación se apoyan en las ciencias.
En el nuevo paradigma punitivo, hace un poco más de dos décadas en E.E.U.U. se inició un interesante debate académico sobre un nuevo modo político-criminal de la estructuración del sistema penal, conocido como actuarialismo, que se puede definir como el conjunto de modelos basados en el riesgo y la probabilidad, que se auxilian de métodos estadísticos –más que clínicos- aplicados sobre amplias bases de datos de tasas de delincuencia, y orientados a determinar los diferentes niveles de criminalidad asociados a características de uno o más grupos.
En el caso de República Dominicana, aplicando los métodos actuariales podemos destacar que la mayor cantidad de atracos registrados, son efectuados por dos personas portadoras de armas de fuego, a bordo de una motocicleta. Por lo tanto, es una necesidad de la Policía Nacional aplicar el profiling (técnica de investigación criminológica emanada del análisis que se realiza a los diferentes patrones conductuales en los criminales conocidos, para con ello definir y crear tipologías), a todo motociclista que presente un perfil sospechoso que se ajuste a lo arrojado por las estadísticas. No es que se deba verificar a todo el mundo, sino a aquellos que encajen en ese perfil sospechoso con características puntuales. Sin tener que ser policía, todos sabemos cuando hay un motociclista con perfil sospechoso.
Fuera de todo lo supra indicado, nuestro Código Procesal Penal en su artículo 177, permite que preventivamente la Policía Nacional pueda realizar registros colectivos de personas o vehículos, con el único requisito de haberlo notificado previamente al Ministerio Público. Por lo tanto, es penalmente permitido que la Policía Nacional solicite a los motociclistas, cuando es necesario, presentar la documentación necesaria que avale la propiedad del vehículo que conduce. Lo expresado por el jefe de la policía no fue informando que arrestarán a todos los motociclistas con perfil sospechoso, sino más bien, que verificarán que todos sus documentos estén en orden. Las estadísticas están ahí, tenemos un problema y hay que resolverlo.
Autor: Jairol J. Pacheco R.
Twitter: @jairolpacheco