El PLD en campaña también es desarrollo y dominicanidad
Quienes esperaban ver un PLD dividido se han quedado con las ganas, la campaña electoral ha iniciado y con ella se ha hecho evidente que los rumores imperantes sobre una supuesta división en el partido de la estrella amarilla era solo un sueño de aquellos que desean erigirse sobre las cenizas de otros. Quisieron sepultar al PRD y, por partida doble, también al PLD, han conseguido lo inverso, porque esa forma de hacer política con base a los errores ajenos, no funciona con el partido morado.
Resulta que este es un partido formado sobre experiencias históricas indicativas de que la división perjudica a todos y no beneficia a nadie. Como sobre la base de que la modernidad implica orden, disciplina, armonía. Desde la primera República la división entre sectores intra y extra clases perjudicó al país, e incluso, lo hizo presa fácil de apetencias extranjeras de nuestros vecinos y de potencias de ultramar, por tanto era hora ya de que aprendiésemos la lección. La bahía de Samaná por poco se pierde, el protectorado fue la meta y perdimos cinco provincias: Hincha, San Miguel de la Atalaya, San Rafael, las Caobas y la mayor parte de Bánica. Sin que, a la fecha hayan sido recuperadas.
Por otra parte, los críticos del PLD no han entendido, ahora ni nunca antes, que ese partido es una maquinaria para el poder, con objetivos concretos consistentes en transformar la nación para completar la obra de los fundadores de la República. En pocas palabras: que todos aquellos que planteen unidad con miras a propósitos comunes caben en el partido de Juan Bosch.
Por eso la alianza con el PRD, es decir con el otro hermano de luchas por la democracia y el desarrollo nacional en armonía, es un paso cualitativo y cuantitativo. En el proceso de consecución de ese objeto es mucho lo que se ha comentado y, como siempre ocurre, hay cosas que no se ven a simple vista y que será el futuro quien establecerá la verdad al respecto. Esto es: nadie ha querido entender que Miguel Vargas ha hecho hasta lo indecible por conseguir lo que Juan Bosch no pudo, disciplinar el PRD, pero al tiempo que buscaba ese objeto, como Juan Bosch, se dio cuenta de que para conseguirlo, debía buscar alianzas hacia afuera que consolidaran lo que viene haciendo dentro. Así las cosas, resultaba obvio que la alianza con el PLD venía por gravedad.
El objeto se ha conseguido tenemos hoy un PRD disciplinado y aliado al PLD, con lo cual se honra la memoria de Bosch y de los fundadores de la patria.
Un sector importante de los conservadores, el denominado reformismo de la luz, fieles intérpretes del pensamiento balaguerista y nacionalista, han comprendido también que la voluntad política de Balaguer se honra hoy consolidando la última acción política trascendente de Balaguer: aliarse al PLD.
Tienen su espacio en el gobierno morado y tendrán más porque están contribuyendo a la modernización de la patria de Duarte sin diatribas.
Es interesante observar el cómo la izquierda pensante se ha integrado al proyecto de nación que acusa el actual gobierno.
Por otra parte, las clases sociales desde los pobres hasta la oligarquía vienen cerrando filas junto al PLD y sus aliados porque son también dominicanos que desean lo mejor para su país. Todos nuestros pensadores progresistas han coincidido siempre en afirmar que sin la unidad de los y las dominicanos no es posible avanzar hacia el progreso social anhelado porque aquí ninguna clase predomina sobre otra, existen al menos seis grupos o subgrupos al interior de la clase media; la oligarquía es la que genera riqueza porque la burguesía y el proletario son -entre nosotros-, clases en proyecto de mayoría, pero no mayoría. Al tiempo que la inversión extranjera fluye debilitando el frente oligárquico y fortaleciendo una burguesía ralentizada junto a un proletariado que no acaba de entrar como tal, al mundo de la política sino que se deja arrastrar por la ideología oligárquica. De ahí la necesidad de las alianzas de los pensamientos coincidentes.
Por otra parte, el proletariado extranjero que crece como la verdolaga, más que proletario, es marginalidad, hacinamiento y todo lo que ello conlleva, es decir, no ha alcanzado la edad de la madurez para entrar en política. Más bien es un competidor desleal de pobre dominicano. Situación que ha de ser evaluada sopesada y resuelta pero sin muros y sin odios.
Así las ocas, las encuestas seguirán reflejando lo que confirmará el pueblo en mayo 15: que el PLD y sus aliados seguirán en el poder junto a todos y todas, los y las dominicanas de buena voluntad. DLH-8-2-2016