Washington, 11 feb (PL) Un fenómeno geológico obstructivo poco conocido puede ocasionar fuertes terremotos, con una magnitud de entre seis y siete grados en la escala de Richter, según un equipo internacional de investigación.
De acuerdo con el más reciente número de la revista Amazings, esto puede suceder en todas partes, pero ocurre más a menudo donde las placas tectónicas del planeta se están separando, como en Islandia, Hawái y zonas de África en el Sistema del Rift de África Oriental.
"A medida que las placas se separan, se eleva y ocupa el espacio magma procedente del subsuelo terrestre, formando intrusiones verticales. Estas oprimen las rocas circundantes, creando una tensión estructural importante", destacó el artículo.
El equipo de Christelle Wauthier, profesora en la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados Unidos, investigó las conexiones entre dos desastres naturales de 2002 en la República Democrática del Congo.
"El 17 de enero, entró en erupción el volcán Nyiragongo, matando a más de 100 personas y dejando a más de 100 mil sin hogar. Ocho meses más tarde, se desató un terremoto de magnitud 6,2 que afectó a la localidad de Kalehe, que se halla a 19 kilómetros (12 millas) del citado volcán", recordó Wauthier.
Algunas personas fallecieron durante el desastre del 24 de octubre, y Kalehe quedó inundada con agua procedente del cercano lago Kivu.
"El terremoto de Kalehe fue el más grande registrado en el área del lago Kivu, y el equipo de Wauthier quería averiguar si fue una coincidencia que, ocho meses antes de que se produjera, entrara en erupción el Nyiragongo", subrayó la investigadora.
Los especialistas usaron una técnica de teledetección, el Radar Interferométrico de Apertura Sintética, para medir los cambios en la superficie de la Tierra antes y después de ambos desastres naturales. Esta técnica produce mapas de deformación del suelo y luego posibilita invertir esos mapas para encontrar la fuente capaz de explicar la deformación observada.
Para la de enero de 2002, los científicos encontraron que la explicación más probable, o el modelo que encajaba mejor, era una intrusión de magma de unos 20 kilómetros entre Nyiragongo y Kalehe.
Los investigadores usaron la misma técnica para el terremoto de magnitud 6,2 de octubre de 2002, analizando la sismicidad además de los cambios en la deformación del suelo.
Hallaron que una falla en el borde del Sistema del Rift del África Oriental se desplazó, desencadenando el terremoto; identificaron el tipo de falla y consiguieron el modelo que mejor encajaba para la intrusión de magma.
Conociendo ambas cosas, realizaron un análisis y la conclusión es que la intrusión de magma de enero de 2002 sí pudo provocar el terremoto de octubre del mismo año.
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