El tribunal de apelación de París confirmó este viernes la competencia de la justicia francesa para juzgar al gigante estadounidense Facebook, tal y como se había fallado en primera instancia. En el origen del caso está la demanda presentada por un internauta censurado por haber colgado en la red social el cuadro de Gustave Courbet L’Origine du Monde. La empresa respondió que sólo podía ser juzgada por la justicia californiana, donde tiene su sede, porque así consta en sus condiciones de uso. Al desestimar este argumento, el fallo abre la vía a una serie de acciones en curso en el país vecino y podría aplicarse potencialmente a otros gigantes de la web.
El caso se remonta a febrero de 2011, cuando Stéphane, profesor parisiense de unos 50 años y gran amante del arte y la fotografía, colgó en su perfil de Facebook un enlace a un reportaje sobre el cuadro de Courbet, acompañado de una imagen del mismo. La red social cerró su cuenta al considerar pornográfica la famosa obra que retrata un sexo femenino. Indignado, el profesor decidió demandar a la empresa, apelando a su libertad de expresión. Su abogado reclama la reapertura inmediata de la cuenta e indemnizaciones en concepto de daños y perjuicios.
El juicio no ha podido celebrarse hasta ahora debido a una cláusula incluida en las condiciones de uso de la red de social, que todo internauta firma al darse de alta, y que estipula que solo la justicia estadounidense puede resolver cualquier litigio contra la empresa. El tribunal de Gran Instancia de París ya consideró el año pasado esta cláusula abusiva, y el tribunal de apelación lo confirma ahora.
La clave del fallo es que la justicia califica al usuario de consumidor: si bien se trata de un servicio gratuito, Facebook saca beneficios de los datos de sus abonados. Esto permite al afectado demandar a la empresa en su lugar de residencia y ampararse en las leyes de protección del consumidor. “Es un acto de soberanía de las instituciones francesas, lanzan un mensaje a Facebook y por extensión a otros gigantes de las redes sociales y del comercio electrónico de que deben someterse a la legislación del país”, reaccionó Stéphane Cottineau, el abogado del internauta censurado.
Comparte su opinión la asociación de consumidores UFC-Que Choisir, que ha repasado la letra pequeña de los contratos de condiciones de uso de tres gigantes de la red: además de Facebook, Twitter y Google+. Ha reclamado a la justicia anular las cláusulas abusivas y poco claras —según la asociación, la gran mayoría— y los abogados de cada parte llevan dos años intercambiando argumentos.
Entre las más polémicas de Facebook, está la que estipula que el usuario “otorga una licencia no exclusiva, transferible, con posibilidad de ser subotorgada, libre de regalías y aplicable globalmente para utilizar cualquier contenido de propiedad intelectual” publicado en la red social. “Facebook afirma que usted es propietario de sus datos y contenidos, pero al mismo tiempo introduce una licencia por la que se otorga todos los derechos, sin límite de espacio ni de tiempo”, resume Ahmel Taleb, jurista de la asociación.
Esta misma semana, el pasado martes, la Dirección General de Competencia, del Consumo y la Represión del Fraude, dependiente del Ministerio de Economía, ordenó a Facebook cambiar varias de sus cláusulas consideradas abusivas, entre las cuales se encuentra la que permite a la red social borrar contenidos y los cambios de condiciones de uso sin previo aviso. La víspera, la Comisión Nacional para la Informática y las Libertades (CNIL), una autoridad administrativa independiente, exigía a la compañía respetar la legislación en materia de gestión de los datos personales, tras constatar varias infracciones. En ambos casos, Facebook tiene un plazo de tres meses para cumplir con la ley. Se expone a una multa de 15.000 euros en el primer caso y de 150.000 en el segundo, sanciones simbólicas para el gigante.