Una funcionaria de la Dirección General de Ganadería informó que el uso de gallinaza y harina de carne y hueso (HCH) en la alimentación del ganado de engorde está prohibido en el país, con el fin de evitar el surgimiento de la enfermedad de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB).
La doctora Ana Martínez, encargada del programa de control de EEB, explicó que en el país hay un decreto, el 205 de 2015 que regula la utilización de gallinaza y harina de carne y hueso en la alimentación de rumiantes.
Martínez habló sobre “las Restricciones en el Uso de Gallinaza y harina de carne y hueso en la Alimentación de Ganado para Engorde”, en el segundo seminario para Impulsar el Desarrollo y Sostenibilidad de la Ganadería de Carne en el país, organizado por la Asociación de Hacendados y Agricultores (ADHA), que preside el doctor Julio de Beras.
Dijo además que en 1996 Ganadería estableció, mediante la resolución 41/96, del 11 de abril de ese año, la prohibición de la importación de animales, productos y subproductos que pudieran ser factores de riesgos de penetración de la enfermedad de países afectados.
Indicó que las restricciones en el uso de gallinaza para la alimentación de rumiantes es porque contiene altas cantidades de cobre utilizado como promotor del crecimiento y puede resultar tóxico.
Agregó que no se recomienda utilizar más del 30% de la materia seca de la ración por su contenido en nitrógeno no proteico (NNP), el cual podría resultar tóxico. La urea tampoco debe ser utilizada en dietas con NNP.
Expresó que no se debe alimentar el ganado con gallinaza proveniente de granjas que alimentan las aves con harina de carne y hueso de rumiantes, porque puede ser infeccioso. Precisa que el consumo de gallinaza puede provocar reacciones positivas de los bovinos a las pruebas de tuberculina, sin estar tuberculosos. Esto se atribuye a una reacción inmunológica cruzada entre Mycobacterium avium y Mycobacterium bovis.
Martínez recordó que el hombre de las cavernas, los antiguos jordanos, los esquimales y los indios usaban las pieles para vestido y albergue, los huesos y dientes eran usados como utensilios para coser y quemaban la grasa residual para cocinar la carne y en el siglo XIX se usa para producir jabón.
Dijo que la preocupación llegó a ganaderos de Inglaterra por la aparición de una enfermedad rara en el ganado y en octubre de 1984, un granjero de ese país comunicó que una de sus vacas se comportaba de forma muy extraña, tiembla y no coordina sus movimientos. En septiembre del año siguiente se hizo el primer diagnóstico de EEB en una vaca de Pitsham, en Sussex, Gran Bretaña. En noviembre de 1986 llegó la identificación formal de la enfermedad en varios rebaños ingleses y en julio de 1988 se prohibió en el Reino Unido alimentar a rumiantes con harinas de contenido cárnico. Se ordenó el sacrificio de todas las reses infectadas, según la doctora Martínez.