NACIONES UNIDAS, 19 Feb 2016 (IPS) – "Sé exactamente lo que significa perder tu casa, perder tus pertenencias", aseguró Maher Nasser, director de la División de Extensión del Departamento de Información Pública (DIP) de la ONU, en el discurso de apertura de una sesión informativa sobre la crisis de los refugiados.
Por Tharanga Yakupitiyage
Nasser, que moderó un panel de seis expertos en la sesión informativa realizada el jueves 18 en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y organizada por la sección de relaciones públicas con las organizaciones no gubernamentales del DIP, compartió sus experiencias personales como hijo de refugiados.
La sesión informativa examinó la manera de reconsiderar y reforzar la respuesta a la peor crisis de refugiados que experimenta el planeta desde la segunda guerra mundial (1939-1945).
Lo que se anhela, "tal vez más que la pérdida física de las pertenencias… es la sempiterna sensación de pérdida, de añoranza de la patria, la casa en la que se nació, en la que se creció", comentó Nasser en su discurso.
Según la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en todo el mundo hay 20 millones de refugiados fuera de sus fronteras nacionales y 40 millones de personas desplazadas dentro de sus países, lo que equivale aproximadamente a la población de Italia. Esto significa que uno de cada 122 habitantes del planeta es refugiado, desplazado interno o está en busca de asilo.
De los refugiados, 51 por ciento son menores de 18 años.
Sin embargo, no son los números los que han provocado la crisis, precisó a IPS la directora en Nueva York de la oficina de enlace del ACNUR, Ninette Kelley. "Es la ausencia de una respuesta gestionada", afirmó.
Entre las opciones analizadas para mejorar esa respuesta, los panelistas destacaron la necesidad de encontrar formas equitativas de compartir la responsabilidad.
"Los países tienen que trabajar juntos para proteger la gran cantidad de personas que están en movimiento, de lo contrario la responsabilidad recae injustamente en un pequeño número de Estados que ya no pueden lidiar más tiempo", exhortó la panelista Karen AbuZayd, asesora especial de la ONU para la Cumbre sobre el Abordaje de Grandes Movimientos de Refugiados y Migrantes, que celebrará la Asamblea General del foro mundial en septiembre.
La mayoría de los países que acogen refugiados son Estados de ingresos bajos o medios, como Turquía, que alberga a casi dos millones de personas, y Pakistán, que hospeda a 1,5 millones. En Líbano, los refugiados sirios equivalen a 25 por ciento de los seis millones de habitantes de ese país de Medio Oriente.
Esta situación es un problema para muchos países, ya que satura su capacidad y sus recursos para gestionar la crisis con eficacia.
El director de la delegación de la Unión Europea (UE) ante la Sección Humanitaria de la ONU, Predrag Avramovic, ilustra el problema dentro del sistema Schengen, que permite a los residentes moverse libremente entre 26 países europeos.
En virtud de este sistema los refugiados deben solicitar asilo en el primer país donde ingresaron al territorio europeo. Así, la carga se concentra en unos pocos países, como Grecia, a donde llegan más de 2.000 refugiados cada día.
Con el fin de resolver esta situación poco equitativa, la UE acordó reubicar a 160.000 refugiados de Grecia e Italia en toda la región. Hasta el momento apenas 272, o 0,17 por ciento, de los solicitantes de asilo fueron reubicados.
La propuesta de reubicación solo equivale a una pequeña proporción de los solicitantes de asilo. Solo en 2014 al menos 1,66 millones de personas presentaron solicitudes de asilo, el mayor número de la historia. Europa recibió la mayoría de estas solicitudes, pero ha tenido problemas para procesarlas con rapidez.
Esto hizo que algunos países adoptaran estrictas normas para regular las solicitudes de asilo. Por ejemplo, Austria, por donde pasan los refugiados cuyo destino final es Europa del norte, anunció una cuota diaria de 80 solicitudes por día, una medida que se implementará esta semana.
En la sesión informativa, Avramovic hizo hincapié en la necesidad de políticas de asilo y migración europeas más coherentes y aplicables y que, a la vez, cumplan con todas las obligaciones legales y morales.
Los panelistas también señalaron que es importante aumentar los fondos y brindar formas de financiación más eficaces. Esto también incluye la vinculación de la ayuda humanitaria y el desarrollo.
"Antes, cuando había una emergencia humanitaria, las agencias humanitarias se ocupaban y el desarrollo era algo que llegaba mucho más tarde, cuando el conflicto había amainado o los refugiados volvían a su casa", expresó Kelley a IPS.
Sin embargo, debido a la naturaleza cambiante de los conflictos y las crisis, los refugiados ahora pasan un promedio de 17 años en el exilio.
Por lo tanto, la respuesta a la crisis de los refugiados debe incluir un componente de resiliencia y también ofrecer medios de vida y oportunidades de educación, recomendaron los panelistas.
La educación no solo es un "derecho fundamental", sino un "requisito previo para el desarrollo", subrayó Nasser.
Aunque el conflicto sirio continúa dominando los titulares, la respuesta también debe ir más allá de la situación de los refugiados sirios, añadieron.
Kelley indicó que el ACNUR tuvo un importante déficit en los fondos necesarios para atender tres de las mayores emergencias del momento, como la crisis en República Centroafricana, que recibió 26 por ciento de los fondos, y Burundi, que recibió 38 por ciento. Es importante que el público sea informado de estos temas, manifestó.
"La única forma en que podemos avanzar es con un sistema mucho más previsible,… que reciba apoyo, en el cual los Estados compartan esta responsabilidad global y tanto nuestras acciones humanitarias como de desarrollo estén alineadas", concluyó.
La Cumbre Mundial Humanitaria, que se realizará en Estambul, Turquía, en mayo, tiene como objetivo adoptar un nuevo programa de acción humanitaria global, centrado en la eficacia y en la atención de las necesidades de las personas en conflictos armados.
Traducido por Álvaro Queiruga