El papa Francisco en unas declaraciones insólitas cuestionó a su regreso al Vaticano después de su exitosa visita a México la fe cristiana del aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, al expresar en rueda de prensa: "Una persona que sólo piensa en la construcción de muros, dondequiera que se encuentren, y no en la construcción de puentes, no es cristiano", dijo Francisco. "Eso no está en el Evangelio".
El precandidato presidencial con presteza y habilidad política respondió al papa: "Ningún líder, en especial uno religioso, debería tener el derecho de cuestionar la religión o fe de otra persona".
El magnate del mundo de bienes raíces, expresó: "Tengo mucho respeto por el papa. Tiene mucha personalidad y creo que está haciendo un buen trabajo, tiene mucha energía". "Estoy orgulloso de ser cristiano y como presidente no toleraré que se debilite y ataque de forma constante a la cristiandad, como sucede ahora, con nuestro actual presidente", aludiendo al presidente Barack Obama.
Por su parte el Vaticano ha hecho las aclaraciones pertinentes el reverendo Federico Lombardi, portavoz del pontífice :"El papa Francisco no estaba hablando específicamente de Donald Trump cuando dijo que una persona que favorece erigir muros entre países no es cristiana."
Es la primera vez que en un proceso electoral EE.UU o de otras latitudes del mundo un papa emite una opinión tan comprometedora para la Iglesia Católica, solo se ha levantado en voz de obispos y sacerdotes en países donde existen regímenes de mano dura de izquierda o derecha, aunque también recoge la crónica universal por siglos de la confabulación de algunos jerarcas de la iglesia con "dictaduras como las de Trujillo, Pinochet y Jorge Rafael Videla en Argentina".
Este affaire del papa Francisco, me recuerda la obra del sociólogo y economista alemán Max Weber, escribió entre el 1904 y 1905 una serie de ensayos en la revista Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, que luego fueron recopilados como " La ética protestante y el "espíritu" del capitalismo (Die protestantische Ethik und der 'Geist' des Kapitalismus).
El padre de la sociología se refiere al aumento de la racionalización de la vida social, sobre todo en las sociedades capitalistas occidentales. La jaula de hierro crea un sistema basado en la eficiencia teleológica, el control y el cálculo racional. Asimismo, Weber describió la burocratización del orden social como "la noche polar de helada oscuridad". La expresión jaula de hierro (iron cage) procede de la traducción que Talcott Parsons hizo en 1958 del libro La ética protestante y el espíritu del capitalismo.[1].
La Jaula de Hierro en el contexto de la Ética Protestante: Esta expresión aparece al final de la segunda parte (La ética profesional del protestantismo ascético), específicamente, en el capítulo II (La relación entre la ascesis y el espíritu capitalista). En el libro se propone que existieron determinados valores en las religiones protestantes que se volvieron esenciales para la construcción de la sociedad burguesa (la bendición de Dios en el enriquecimiento, y el trabajo convertido, primero, en vocación y luego en profesión, con su consecuente subdivisión); lo que produjo como efecto no deseado la tentación de la riqueza, y por tanto, dadas las condiciones sociales y culturales, la economía desarrolló su propia racionalidad independiente de los valores que la originaron.
Podemos deducir de estos conceptos que las religiones siempre han intervenido en la conformación del sistema político, y por consecuencia en la instauración de regímenes democráticos, autocráticos y hasta dictatoriales.
En este juego de poder las religiones se convierten en un eje fundamental sobre el cual gira el Estado, divide a los ciudadanos como actores de un destino pre fabricado, los puritanos llevan una vida profesional o laboral, siendo una maquina productora de riqueza por vocación y como exigencia del sistema, inducidos por fundamentos espirituales. Lo que para los puritanos era un “querer ser”, un “manto sutil”, en el capitalismo burgués se transforma en un “deber ser”, en una “Jaula de Hierro” que se vuelve determinante, una fuerza irresistible, para todos los que vivan o nazcan en este tipo de sociedades.
Es un sentimiento legítimo la emigración de los sectores marginados de sociedades atrasadas hacia un país o sociedades capitalistas desarrolladas, y con las expresiones de su santidad estimula las emigraciones que obviamente son justificadas desde la óptica humana, pero que entrañan riesgos, que como escenas dantescas observamos en las pateras que cruzan el estrecho de Gibraltar, las Yolas dominicanas que son tragadas en el Canal de la Mancha o la estelas de osamentas en los desiertos de EEUU.
Trump debe estar consciente de que las migraciones son un fenómeno indetenible, ahora el aboga porque se hagan dentro de las leyes migratorias estadounidenses, así como los españoles rechazan las emigraciones de África, los dominicanos han realizado un marco regulatorio constitucional para los haitianos, me pregunto ¿ Las voces dominicanas, españolas, italianas, europeas e inglesas entre otras no son cristianas? Si Trump por esta razón no es cristiano, tampoco los son los millones y millones que no quieren emigraciones ilegales en sus países.
Hay un esfuerzo combinado de los poderes fácticos globales, para impedir que Trump sea presidente de los Estados Unidos, quieren meterlo en una "Jaula de Hierro", pero los electores republicanos e independientes estadounidenses que son los que deciden el candidato presidencial, se han colocado delante de la puerta de la jaula y no permiten que el poder mediático y otros poderes que gravitan en la opinión pública lo enjaulen. El magnate neoyorquino Donald Trump logró una cómoda victoria en las primarias republicanas de Carolina del Sur, por lo el líder más trascendente el Sumo Pontífice Francisco, no logró frenar su victoria,
Con apenas el 7% escrutado, Trump, que contaba una amplia ventaja en las encuestas, fue declarado vencedor por delante de los senadores por Texas, Ted Cruz, y Florida, Marco Rubio, que aparecen prácticamente empatados por la segunda posición.
Esos términos del Santo Padre pueden influir de manera determinante en las Primarias restantes sobre todo donde existe una población mayoritaria cristiana ? ¿Escucharan al papa los norteamericanos contrarios a la política Demócrata y decepcionados por la tímida política exterior en el conflicto de Siria, actitud que permitió el espacio para que la intervención de Rusia, fuese determinante en lograr un alto al fuego, manteniendo al dictador Bashar al-Ásad en la permanencia del poder?
Esas interrogantes las sabremos al final de las elecciones primarias republicanas, obviamente si entran en escena las alianzas de los precandidatos y se produce una gran unidad de propósitos para entrar en la Jaula de Hierro a este fenómeno político con estilo populista, directo, burlón, desafiante, atípico y carismático la historia puede variar, sino, es la crónica de una barrida en la convención del Grand Old Party, el Viejo Grand Partido.
Y si gana Donald Trump, que pasaría? Absolutamente nada el se movería hacia el centro, y como no tiene compromisos políticos con nadie, actuaría con total independencia, seria un gobierno inclinado hacia la tecnocracia, negociador con las fuerzas mayoritarias que domine el Congreso Norteamericano, y de lo que si estoy seguro se reactivará la industria en forma general e inclusive la de guerra. Sobre el tema migratorio trabajaría por un marco regulatorio y probablemente de un plumazo regularice el estatus de los once millones de ilegales, porque otra acción afectaría las relaciones multilaterales con Centro, Sur América y el Caribe.
Estados Unidos de América no es obra de un presidente, es la resultante de un pueblo y las instituciones de poder que lo construyeron con paciencia y arrojo, a la vez que lo sostienen a cualquier precio a nivel global. Los partidos políticos (Demócrata y Republicano), deben girar entorno a sus intereses políticos, económicos y militares. La izquierda y la derecha partidaria son alas de un mismo pájaro. Es decir es un eufemismo la independencia del presidente, y si rompe el libreto, la historia muestra el final de los presidentes que no convienen a los intereses supremos de EEUU, que van desde la destitución, renuncia o la liquidación de los presidentes, que las fuerzas invisibles y poderosas del imperio impidieron completar sus periodos.