Asimismo, dijeron que fomenta la innovación y beneficia a los pobres
Por Manuel Jiménez
PARÍS, Francia.- Los países que disponen de una ley de competencia y de una autoridad para aplicarla, tienen un mayor crecimiento económico porque hay una lucha permanente para alcanzar mayor productividad, afirmó el economista Frederic Jenny, jefe del Comité de Competencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Al dictar una conferencia titulada “Contribución de la Competencia Económica al Desarrollo de las Naciones”, durante un encuentro que celebró la OCDE en su sede de París, Jenny sostuvo que competencia y crecimiento van de las manos porque se trata de una lucha por mejorar el desempeño de las empresas para poder conquistar mercados.
“Como consecuencia de la competencia entre las empresas, los precios son más bajos y se incrementa el crecimiento. Con competencia las empresas son más eficientes, disponen de más recursos y esto se traduce en un mayor desempeño”, expresó el experto ante legisladores dominicanos y funcionarios de los ministerios de la Presidencia, de Economía, Contraloría General de la República, líderes de opinión pública y representantes de los medios de comunicación invitados al evento.
Por demás, aclara que la competencia impulsa la innovación, lo cual permite un crecimiento más dinámico, “lo cual demuestra que hay un vínculo muy claro entre competencia y crecimiento”.
Sostiene que la competencia en los mercados suele beneficiar a los pobres. Especialmente en el transporte y otros sectores, por lo que consideró importante luchar contra los monopolios.
En el encuentro, impulsado por la doctora Michelle Cohén, Presidenta de la Comisión Nacional de Defensa a la Competencia (ProCompetencia) con el apoyo de la OCDE, participó una amplia delegación dominicana integrada, entre otros, por la Presidenta del Senado, Cristina Lizardo, el también senador José Rafael Vargas; el economista Isodoro Santana, en representación del Ministerio de la Presidencia y la doctora Deflfina Amparo de León, Presidenta del Tribunal Superior Administrativo, periodistas y líderes de opinión de diversos medios de comunicación.
“Los pobres consumen más servicios públicos que los ricos. La competencia es sumamente importante para reducir la pobreza”, dijo Jenny, tras reconocer que a los bloques económicos no les gusta la competencia, pero ella es beneficiosa para todo el mundo.
Mucha gente la ve como una restricción e intentan evitar que exista un clima de competencia utilizando los lobbys, los carteles y otros recursos de cabildeos. “Por eso es que hacen falta mecanismos y herramientas. Hace falta que los mecanismos que existen se pongan en práctica”, agregó.
Una economía abierta a la competencia, con leyes al respecto y con una autoridad de competencia robusta, tiene mayores posibilidades de crecimiento, de reducir la pobreza y defender los bolsillos de los más pobres, apuntó Jenny.
Para este experto, las empresas tienen que tener condiciones para sobrevivir en un mercado de competencia, para lo cual requieren obtener créditos y ganar beneficios a cambio de un buen servicio.
La competencia promueve reglas claras para los mercados
Durante su exposición sobre la importancia de la competencia, Jenny señaló que la ley de competencia es similar a la ley de tránsito, que permite algunos comportamientos e impide otros, por lo que para aplicar esa ley se necesita una autoridad de competencia.
“En la mayoría de los países tenemos una ley de competencia, una autoridad de competencia, pero no tenemos suficientes políticas propicias. Lo que me sorprende de la República Dominicana es que tienen la ley y muchas políticas para la
competencia, pero una de las cosas que faltan es la reglamentación del tráfico”.
Jenny apuntó que le consta que desde mediados de los noventa ha habido muchas reformas en pro del mercado en República Dominicana, lo único que fue muy lento fue el establecimiento del derecho de competencia.
Consideró que tiene que haber una autoridad de competencia para garantizar que no haya abuso de posición dominante, especialmente de transnacionales.
“Los precios dan una señal de los beneficios de una autoridad de competencia en los mercados porque si las empresas se pueden enriquecer con márgenes de beneficios muy grandes, otras empresas los fabricarán y los consumidores tendrán que renunciar a otros bienes para adquirir estos con elevados precios”, manifestó el experto.
Para tratar de entender los beneficios de la competencia, Jenny citó dos sectores productivos de República Dominicana donde se advierte desigualdades: el sector eléctrico donde las pérdidas técnicas y no técnicas son del 33%, lo que consideró “un ejemplo de cómo empresas estatales no buscan efectividad”.
El otro sector es el de las Telecomunicaciones, al que definió como “bastante bueno con relación a otros mercados de la región”, y destacó que en el “las empresas son privadas y los resultados son buenos porque hay competencia. La competencia es buena”.
No obstante, para Jenny “no hay ningún país con una verdadera cultura de competencia. Ni Estados Unidos. ¿Cómo pueden seguir con leyes que restringen la competencia en un país que es líder en defensa de la competencia? Hay resistencia a la competencia”, apuntó.
Citó un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) acerca del clima de inversión en República Dominicana que dice que “hay fallas en el sistema de regulación, que hay prácticas anticompetitivas y otras dificultades que no permiten a las empresas ponerle fin al contrato. Esto provoca una reducción de la competencia por lo que estos problemas tienen que encontrar una solución. Hace falta leyes, instituciones y herramientas”.
Alcances de la ley de competencia
La ley de competencia cubre colusión, abuso de posición dominante en el mercado y en algunos países europeos también cubre las ayudas del Estado, mientras que la autoridad de competencia tiene dos funciones: aplicar leyes y regulaciones y hacer abogacía de la competencia.
“Nos han explicado que en República Dominicana la ley no se pone en práctica. Que hay abuso de posición dominante en el mercado y la cuestión que se plantea es la independencia y los recursos de la agencia de competencia. Esta cuestión es compleja”, anotó Jenny.
Consideró difícil asegurar que la agencia de competencia no tenga que hacer frente a una presión política o de las empresas. Es un debate que también se ha dado en la OCDE porque el problema es que la agencia tiene que aplicar la ley y también promover la competencia.
“Si la agencia es independiente, será más fácil que aplique la ley, pero la función de promoción será más difícil porque la agencia estará más lejos del gobierno. Será una entidad independiente que emite avisos sobre tal o cual obstáculo regulatorio, pero no tendrá mucho peso”.
La disyuntiva, a su juicio, es que “si la agencia está cerca del gobierno su papel de promoción será más eficaz pero será menos capaz de que la ley se aplique”.
Citó el caso de Estados Unidos, donde la Comisión Federal de Comercio (FTC) está financiada por el Congreso y el Departamento de Justicia por el poder Ejecutivo, que son las dos entidades que luchan contra las prácticas monopólicas.
Jenny explicó que la función de competencia de la Unión Europea en muchos sectores (telecomunicaciones, electricidad, entre otros) ha podido obligar al Ejecutivo a abrirse a la competencia. Porque formaba parte del Ejecutivo y pudo promover este cambio.
Consideró que en materia del comportamiento de la autoridad de competencia la palabra clave es transparencia, porque “si usted tiene una institución que está seguida por los medios, que tiene que publicar todas sus actuaciones, va a ser muy difícil no ser independiente porque esto, inmediatamente, esto se verá en la prensa y esto obliga a la institución a ser independiente”.
“Lo que esto quiere decir es que todas las decisiones tienen que ser públicas para que cualquiera pueda leerlas y comentarlas. Los procedimientos también tienen que ser transparentes y bien diseñados. La transparencia es algo muy difícil y muy exigente. Pero es una manera de proteger a la agencia de competencia para que no tenga que enfrentarse al peso de las empresas y su actividad de lobby ni tampoco de las presiones de las autoridades públicas”, apuntó el destacado economista.
Puntualizó Jenny que al día de hoy nadie discute la importancia de una ley de competencia y citó el hecho de que desde 1958, al menos 61 países han adoptado una ley de competencia. “Nadie los obligaba a hacerlo, pero lo han hecho. Más de 63 países han modernizado su ley de competencia”, agregó.
Habla John Davies
En otra conferencia, el economista John Davies, experto de la División de Competencia de la OCDE, concuerda en que en los países donde hay reglas de competencia, la economía crece más que los que no las tienen y se contribuye a incrementar el empleo y reducir la pobreza.
“Un monopolio lo que hace es robar a los pobres para darle dinero a los ricos. Cualquiera que actúe en contra de los monopolios y los carteles va a funcionar como Robin Hood: va a distribuir dinero de los ricos a los pobres”, expresó Davies.
Dijo que la OCDE ha hecho estudios en México que muestran que los productos que compran los pobres suelen ser objeto de abusos monopólicos por parte de los carteles y los monopolios.
Davies señaló que una economía más competitiva genera más empleo porque es más dinámica y más flexible, a la par que el comportamiento anti-competitivo y la corrupción muchas veces van tomados de las manos.
“Si una economía gasta muchos recursos en proteger el poder monopólico, si la economía gasta mucho dinero para presionar a los políticos que están protegiendo la fuerza de los monopolios, esos recursos no están disponibles para cosas más productivas”, sentenció el experto de la OCDE.
Citó el caso de la India, donde se derrochan grandes recursos para proteger a monopolios.
Fue notorio entre los expositores el interés en que República Dominicana avance en la puesta en plena vigencia de su ley de Competencia, aunque reconocieron los avances que el organismo ha tenido bajo el liderazgo de Michelle Cohén. En encuentros separados hablaron los jefes de la autoridad de Competencia de Francia y España y se reconoció a la Presidenta del Senado, Cristina Lizardo.