Aviones F-16 y F-4 turcos bombardearon, este lunes, blancos rebeldes kurdos en el norte de Irak, en respuesta al atentado del día anterior en Ankara, la capital de Turquía, en el que murieron al menos 37 personas.
Los bombardeos, 18 en total, fueron en contra de posiciones del proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán, o PKK, en las montañas Qandil donde tiene base el grupo.
Mientras tanto la policía llevó a cabo redadas en la ciudad de Adana, deteniendo a 36 sospechosos de pertenecer al PKK.
La explosión del domingo tuvo lugar cerca de la plaza Kisilay, un centro comercial y de transporte cerca de edificios de gobierno y embajadas extranjeras.
Estados Unidos rápidamente condenó el ataque y reafirmó su "fuerte relación con nuestro aliado de la OTAN, Turquía, para combatir la amenaza compartida del terrorismo".
De acuerdo a la agencia Associated Press, las autoridades creen que el ataque fue llevado a cabo por dos terroristas –uno de ellos una mujer—pertenecientes al PKK. El blanco fue una parada de autobús en donde más de 120 personas resultaron heridas.
DETIENEN 20 SOSPECHOSOS
Las fuerzas de seguridad turcas detuvieron a 20 personas por su supuesta participación en un ataque terrorista ocurrido el domingo pasado en esta capital, con un saldo de 37 muertos y 122 heridos, indicó hoy un alto funcionario.
Gungoz Azmi Tuna, gobernador de la noroccidental provincia de Eskisehir, declaró este lunes a medios informativos que como resultado del amplio operativo desplegado por la policía y el ejército se logró la captura de 12 sospechosos en varios distritos de esa región.
En la suroriental provincia de Sanliurfa fueron arrestados ocho presuntos terroristas mientras que la detención de los dos restantes se efectuó en la ciudad de Estambul, en el centro del país, precisaron fuentes militares.
Un coche bomba detonó en la tarde del 13 de marzo en el centro de Ankara, a pocos metros de una parada de autobús próxima a las oficinas del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Ninguna agrupación se responsabilizó aún con esta acción.
A pocas horas de la explosión el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, emitió un comunicado donde señaló que en medio de la creciente inestabilidad regional su país se convirtió en objetivo de actos terroristas ante lo cual sus soldados y policías ampliarán su ofensiva contra organizaciones extremistas.
Se trata del tercer hecho de este tipo que golpea en seis meses a la capital turca. En octubre de 2015 un atentado en la Estación Central de Ferrocarriles de esta ciudad, atribuido al grupo terrorista Estado Islámico, costó la vida a 103 personas.
En febrero pasado el grupo Halcones de la Libertad del Kurdistán asumió la autoría de un ataque suicida efectuado el 17 de ese mes cerca del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de este país, en el cual murieron 29 personas y otras 81 sufrieron heridas.
ro/ort