Es opinión generalizada de que el exdignatario asumiría una cartera solo después de sostener una conversación franca y abierta con la jefa de Estado Dilma Rousseff.
Brasilia, 16 mar (PL) Brasil amaneció hoy en vilo en espera del anuncio oficial sobre la incorporación al Gobierno, en calidad de ministro, del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien anoche tuvo un largo encuentro con Dilma Rousseff.
La reunión en el Palacio de Alvorada duró más de cuatro horas y media, pero no hubo ningún trascendido sobre lo que dialogaron Lula, Rousseff, el ministro-jefe de la Casa Civil, Jaques Wagner, y el secretario de Gobierno Ricardo Berzoini, reportó la Agencia Brasil.
El diario Folha de Sao Paulo, sin embargo, dijo haber conocido de boca de un ministro que existe el 90 por ciento de posibilidades de que Lula acepte una cartera en momentos cuando el Ejecutivo enfrenta una seria crisis política y económica.
La posible incorporación del exmandatario al equipo de Rousseff concitó el apoyo de legisladores y dirigentes del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), cuyo presidente nacional, Rui Falcao, indicó que esa debía ser una decisión estrictamente personal de Lula.
Hay muchos argumentos, a favor y en contra, y todos son aceptables; pero en caso de que resuelva incorporarse al gobierno, él tiene mucha autoridad, respeto y fuerza para ayudar a Brasil en este momento.
Es opinión generalizada entre los medios de prensa que el exdignatario asumiría una cartera solo después de sostener una conversación franca y abierta con la jefa de Estado en la cual abordarían el modo más adecuado y efectivo para poder sortear la crítica situación.
En un artículo publicado por el diario digital 247, la columnista Tereza Cruvinel consideró que el anuncio oficial de la designación de Lula para un ministerio se daría solo después que él y Dilma logren un acuerdo sobre la necesidad de una inflexión (no necesariamente un cambio) en la política económica gubernamental.
Una vez ministro, Lula tratará de utilizar todo su capital político para rescatar la gobernabilidad del país y el apoyo de la base social, así como para derrotar el proceso de juicio político contra la Presidenta, vaticinó.
Por su parte, el sociólogo y cientista político Emir Sader definió como la primera tarea de Lula recomponer la capacidad de articulación, en especial con el cogobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), "por el propio carácter pendular y decisivo" de esa fuerza en el Congreso.
Además, tendrá que tratar de que la política económica del Gobierno varíe, si no de forma brusca por lo menos gradual, pero dando señales claras de que el cambio vendrá.
Sería muy difícil para Lula estar allí sin que ese tema, central en sus divergencias, sea alterado, subrayó.
Líderes de la oposición en la Cámara de Diputados, por su parte, anunciaron ayer que acudirán a la justicia federal para intentar impedir el nombramiento de Lula, con lo cual, sostienen, se pretende blindar al exmandatario, quien es investigado por la cuestionada operación anticorrupción Lava Jato.
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