La Habana, 19 mar (PL) La Habana se apresta con dinamismo a acoger un nuevo capítulo en las relaciones Cuba-Estados Unidos, cuando mañana inicie la visita oficial aquí del presidente norteamericano, Barack Obama, que se extenderá hasta el 22 de marzo.
Al caminar por las calles de La Habana Vieja, a un costado de la Catedral, un cartel en el que aparecen las imágenes de los presidentes cubano, Raúl Castro, y estadounidense, Barack Obama, y donde se lee un "Bienvenido a Cuba" deviene aviso certero de un acontecimiento que se refleja en la cotidianidad de propios y visitantes.
Esta visita de Obama es consecuencia de aquel 17 de diciembre de 2014 cuando se anunció al mundo el comienzo del proceso hacia la normalización de los nexos entre Cuba y Estados Unidos, y el Presidente norteamericano admitió, que la política de Washington hacia la isla, incluido el bloqueo económico, es obsoleta y debía cambiarse.
En efecto, Obama llegará a una Habana distinta a la que visitó en 1928 otro dignatario estadounidense, Calvin Coolidge. La ciudad que recorrerá es la capital de una Cuba -que desde 1959 no es neocolonia- sino independiente y revolucionaria, y que lo acogerá con respeto y hospitalidad, sin renunciar a sus principios de soberanía.
En ese contexto, el cartel al costado de la catedral se antoja no osbtante -más allá de la hostilidad de más medio siglo contra la isla- como un imán también para aquellos que sueñan con una relación normal entre ambos países.
Me parece maravilloso que Obama haya decidido venir a Cuba. Creo que como países debemos trabajar juntos en resolver nuestros problemas, y ver qué es lo mejor para ambas partes pues al fin y al cabo somos vecinos, expresó a Prensa Latina Helen Hecken de New Hartford.
Según manifestó esta profesora del estado de Nueva York, cada país debiera respetar los diversos sistemas políticos que existen en el mundo.
Sólo porque seamos diferentes no quiere decir que tengas que cambiar el sistema político de alguien, eso está mal, consideró esta norteamericana, quien rechazó la actitud hostil expresada contra Cuba por Washington a lo largo del tiempo.
Por su parte, la también estadounidense Virginia Tucker de Long Island, Nueva York, manifestó su beneplácito por que Obama venga y dialogue con el presidente Raúl Castro, en tanto expresó asimismo su oposición al bloqueo económico impuesto a Cuba por Washington desde hace más de 50 años.
El bloqueo debe terminar, de hecho, debería haberse acabado hace muchos años. No hay razones que justifiquen que personas a 90 millas de nosotros sufran por este cerco y eso no debe pasar. Ustedes los cubanos son gente maravillosa y políticas como el bloqueo son una vergüenza. Les deseo lo mejor, acotó.
Con la visita de Obama esperamos que las relaciones bilaterales puedan mejorar, que aumenten los intercambios entre los dos países y nos llevemos en términos de buena vecindad, apuntó por su parte el cochero cubano Roberto Robaina.
Mientras La Habana Vieja permanece abierta este sábado al flujo turístico, otros lugares de la ciudad como el Estadio Latinoamericano alistan también sus instalaciones para recibir al dignatario.
El remozado campo de juego será escenario del partido de béisbol entre los Tampa Bay Rays y el equipo Cuba, en el marco de un deporte que une en una misma pasión a dos pueblos.