La histórica visita de Barack Obama a La Habana marca un hito en la hostoria de Estados Unidos y Cuba, caracterizada por las hostilidades desde que en el 1959 triunfara la revolución cubana.
El gobierno de Raúl Castro ha embellecido parte de la ciudad para recibir con el mayor esplendor posible a su invitado, presidente de la nación que desde entonces ha futigado la revolución que iniciara su hermano Fidel Castro.
Antes, el vice asesor de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas de la Casa Blanca, Ben Rhodes, encabezó una delegación a La Habana, Cuba, en anticipación a la visita del presidente Barack Obama.
La delegación, compuesta de miembros del Consejo de Seguridad Nacional, llegó a Cuba el jueves y partió el viernes, indicó en un comunicado la Casa Blanca.
Durante su permanencia en La Habana, la delegación se reunió con funcionarios del gobierno cubano para discutir detalles de la visita de Estado del presidente Obama y para revisar el actual proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, de acuerdo con el comunicado.
El presidente Obama llegará a La Habana el domingo, junto a la primera dama Michelle Obama. Su primera actividad será una reunión con el personal de la embajada estadounidense, tras lo cual hará una caminata por la ciudad vieja de La Habana.
El lunes, Obama colocará una ofrenda floral en el monumento a José Martí. Posteriormente se reunirá con el presidente Raúl Castro en el Palacio de la Revolución.
En la tarde del lunes, el presidente Obama participará en un evento centrado en el espíritu empresarial y oportunidades para el pueblo cubano.
En la noche el presidente y la primera dama participarán en una cena de Estado en el Palacio de la Revolución.
El martes, el presidente Obama pronunciará un discurso al pueblo cubano y se reunirá con miembros de la sociedad civil, incluyendo algunos oponentes políticos. El martes por la tarde, Obama partirá hacia Argentina.