LA HABANA, 22 Mar 2016 (IPS) – Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, ratificaron este lunes 21, durante su primer encuentro oficial en La Habana, su decisión de avanzar hacia una relación normal entre los dos países, pese a sus grandes diferencias en temas como democracia y derechos humanos.
Por Patricia Grogg
Obama llegó a esta capital en la tarde del domingo 20, acompañado de su familia, y bajo una pertinaz llovizna realizó un breve recorrido por el centro histórico de Habana Vieja que finalizó en la antigua catedral capitalina. Allí se reunió con el cardenal Jaime Ortega, a quien agradeció su participación en el proceso de restablecimiento de relaciones culminado en julio del año pasado.
Ese gesto fue considerado muy significativo por sectores cercanos al catolicismo cubano. "Creo que también está reconociendo el papel desempeñado por la Iglesia Católica en la sociedad cubana y la solución a problemas relacionados con los derechos humanos", comentó a IPS el profesor de historia de las religiones Enrique López Oliva.
"No vemos a Cuba como una amenaza para Estados Unidos y estamos escribiendo un nuevo capítulo en las relaciones", señaló Obama en declaraciones al finalizar la reunión con Castro. El mandatario visitante consideró que pese a las dificultades se está avanzando en la cooperación en distintas áreas, como salud, ambiente y el combate al tráfico de drogas.
Al defender su visión sobre democracia y derechos humanos, Obama indicó que el impulso humano a la libertad es un deseo universal y el objetivo de dialogar sobre este tema no es dictar a Cuba cómo debe gobernarse sino tener una conversación franca y honesta y aprender unos de otros. "Tampoco es el único tema a debatir", agregó.
Los enfoques opuestos entre La Habana y Washington han sido motivo de fuertes enfrentamientos bilaterales en organismos internacionales. No obstante, figuró entre los primeros asuntos a tratar y se ha mantenido como un punto recurrente durante las negociaciones en busca de la normalización de los nexos diplomáticos.
Incluso delegaciones de los dos países se reunieron con ese objetivo el 31 de marzo de 2015, en Washington, y se prevé que una nueva cita se realice este año en la capital cubana.
Ante una pregunta sobre la existencia de presos políticos en el país, Castro pidió que le hicieran llegar un listado de personas encarceladas para liberarlas de inmediato.
En la víspera, apenas horas antes del aterrizaje de Obama, fuerzas policiales efectuaron numerosos arrestos entre disidentes que acompañaron a las Damas de Blanco, grupo opositor de mujeres que marchan cada domingo, tras asistir a la misa católica en un barrio capitalino.
Fuentes opositoras indican que esas fueron detenciones temporales, una práctica que se ha hecho habitual según activistas humanitarios. En vísperas de la visita del papa Francisco, en septiembre, el presidente Castro excarceló a 3.522 reclusos que purgaban condenas por distintos delitos.
El gobernante anfitrión defendió la dimensión amplia de los derechos humanos en su país, que incluye, entre otros, salud, educación y seguridad social para todos los ciudadanos.
"No es justo, no es correcto, que se tomen los derechos humanos como motivo de confrontación política", consideró en el intercambio de ambos presidentes con la prensa en el Palacio de la Revolución, al final de su encuentro, en el primer día de visita oficial de Obama, que culmina este martes 22.
La agenda del inquilino de la Casa Blanca incluyó en la tarde un encuentro con empresarios estadounidenses y cubanoamericanos, además de representantes del sector estatal, cooperativo y privado de Cuba.
En un local remozado del emblemático barrio de Habana Vieja, a orillas de la bahía capitalina, Obama aseguró que ambos países pueden "sentar las bases de la confianza", en el foro de negocios, que reunió a más de 200 participantes.
Obama dedicó una atención especial a intercambiar con mujeres y hombres del sector no estatal, que presentaron sus emprendimientos, obstáculos y metas de crecimiento.
Con el deshielo bilateral iniciado en diciembre de 2014, Estados Unidos aspira a que Cuba sea "un socio que tenga éxito", remarcó el gobernante, y aconsejó empoderar económicamente a mujeres y afrodescendientes.
El cubanoamericano Ralph Patiño, que asistió al foro en la Cervecería Habana, indicó a IPS que "el reto está en lograr más acercamiento y todo comienza por el comercio".
"La sociedad civil se beneficiará de paso con las relaciones comerciales", estimó el abogado e inversionista, que cabildea desde hace dos años por la apertura bilateral.
Mientras el ingeniero civil cubano Karel Pérez, que espera por la aprobación de las autoridades a su cooperativa en informática, confesó a IPS que su proyecto de plataforma de organización de eventos en Internet pudiera entrar en el comercio electrónico gracias a la flexibilización del bloqueo estadounidense.
"Cuba necesita de un intercambio comercial fuerte para levantar su economía, sin discriminar por ningún tipo de sector, ya sea estatal o privado", valoró el emprendedor.
Obama ha hecho gala de buen humor y simpatía desde su llegada y aunque su recibimiento se ciñó al protocolo, mucha gente se las arregló para prever el paso de su comitiva y saludarlo. Todas las actividades oficiales del visitante han sido difundidas en directo a todo el país por la televisión estatal cubana.
En horas de la mañana del martes 22, tiene previsto dirigirse al pueblo de Cuba con un discurso radiotelevisado desde el Gran Teatro de La Habana "Alicia Alonso".
También sostendrá un encuentro en la sede de la embajada de su país con sectores de la disidencia interna y cerrará su histórico viaje a esta nación caribeña con la asistencia a juego amistoso de béisbol entre equipos de ambos países en el Estadio Latinoamericano.
Para reforzar el carácter histórico de esta visita, la primera en 88 años de un presidente estadounidense a este país, este mismo lunes su secretario de Estado, John Kerry, sostuvo un encuentro que no parecía posible hasta hace muy poco y que también es determinante para el continente.
Se trató de una reunión con los representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que negocian en esta capital desde hace tres años un acuerdo de paz con el gobierno de su país, con cuya delegación también se encontró por separado.
Se trata de un nuevo espaldarazo al proceso por parte de Obama y su administración.
Con aportes de Ivet González, desde La Habana.
Editado por Estrella Gutiérrez