Las quejas del Departamento de Estado de los Estados Unidos por expresiones del Arzobispo de Santo Domingo, Cardenal Nicolás López Rodríguez, enviadas al Vaticano, fueron confirmadas en República Dominicana por el agregado de prensa de la delegación diplomática, Jeremiah Knight.
Las revelaciones de que el caso había llegado a El Vaticano fue divulgado por el diario New York Times, que da cuenta que se basa en el hecho de que en diciembre del año pasado López Rodríguez expresó que el embajador de Estados Unidos en República Dominicana, James Brewster, debería ocuparse de su casa “como esposa que es de un señor”.
El influyente diario publica un artículo con el título de “Orgullo gay y prejuicio en la República Dominicana”, de la autoría del periodista colombiano Ernesto Londoño.
Este escrito trata sobre las críticas que han enfrentado el embajador Brewster y su esposo Bob Satawake al ofrecer un servicio diplomático en un país donde han encontrado oposición por ser activistas y abiertamente homosexuales.
“Si usted mantiene su vida privada detrás de las paredes de su Embajada, va a estar bien aquí”, habría dicho el Nuncio Jude Thaddeus Okolo a Brewster al poco tiempo de haber asumido el puesto de embajador de la República Dominicana en noviembre de 2013, según la publicación.
Sin embargo, indica el artículo, Brewster y su esposo, quienes han estado juntos por cerca de 28 años, están orgullosos de estar en Santo Domingo, propagando un debate sobre los derechos de las personas gays que ha indignado a los líderes de la Iglesia Católica.
“Los ataques contra el señor Brewster, un empresario de Chicago que recaudó dinero para la campaña de reelección del Presidente Obama, empezó solo días después de que la Casa Blanca lo nominara para el puesto”, afirma el articulista.
Indica que durante una conferencia de prensa en junio de 2013, el Cardenal López Rodríguez dijo que estaba consternado porque Washington estaría representado por un “maricón”. Además, Monseñor Pablo Cenado, otro líder de la Iglesia Católica, predijo -según el texto- que los dominicanos harían que Brewster se sintiera miserable y no duraría mucho en el cargo.
El artículo cuestiona que la administración del presidente Danilo Medina guarde silencio ante la controversia. Considera esto como un “gran error” para un país que depende fuertemente del comercio y el turismo desde los Estados Unidos.
A pesar de las opiniones en su contra, la publicación destaca que Brewster nunca se quejó sobre su trabajo. Indica que el embajador entendía que la República Dominicana es un lugar donde hay muchas oportunidades para el progreso de los derechos humanos.