Ambientalistas, microbiólogos, veterinarios y salubristas sostienen que el proyecto para animales del ADN sería un peligro inminente para la salud de los residentes y personas que se ejercitan en el Mirador Sur.
Santo Domingo, D.N.- Expertos del área ambiental, animal y de salubridad advirtieron del peligro inminente a la salud que representaría la instalación de un albergue de animales que pretende construir la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN) en una zona residencial en la avenida Cayetano Germosen, del Mirador Sur de esta capital.
Durante un encuentro con la comunidad, los especialistas señalaron una serie de enfermedades que son transmitidas por los animales que afectarían la salud de los moradores de la zona donde se ubicaría el referido centro a menos de 30 metros de distancia de las residencias, en contra de las regulaciones internacionales que especifican que los mismos deben instalarse a más de 400 metros cuadrados.
“Los perros y los gatos son los mayores transmisores de enfermedades zoonóticas. Toxoplasmosis, leptospirosis, virus, parásitos y bacterias, muchas de las cuales se propagan por el aire y que afectaran a los lugareños”, sostuvo Norma Fabian, veterinaria, bióloga y ambientalista.
La iniciativa del alcalde Roberto Salcedo consta de cuatro módulos de perreras con capacidad para albergar a 40 caninos; un módulo de cuarentena para 20 animales; y tres módulos para 30 felinos, además de un para especies no domésticas.
En la actividad de orientación, que se llevó a cabo en la Parroquia de la comunidad a raíz de protestas de los munícipes que exigen la reubicación del proyecto, los especialistas además resaltaron que el mal olor y los ruidos de los animales generaran intranquilidad en la urbanización.
“Es improcedente este tipo de albergues en zonas residenciales, desde el punto de vista ambiental y epidemiológico. Ni le conviene a los animales, ni tampoco a las personas tener un proyecto de estas características tan cerca de residencias”, recalcó Ramón Rogelio Franco, salubrista, experto en control de enfermedades infecto-contagiosas transmitidas por animales.
Aclararon que los cuidados para mantener un albergue son más rigurosos que los de una veterinaria, debido a que los animales permanecerán por meses y años en el centro hasta conseguir dueño, a diferencia de las veterinarias donde no siempre se llenan y los animales con excepciones de casos permanecen un máximo de dos semanas.
A juicio de la microbióloga y ambientalista Felicita Heredia, quien es miembro de la Comisión Ambiental de la UASD y de la Academia de Ciencias, para levantar un albergue de esta naturaleza es necesario una declaración de impacto ambiental y consultar a la comunidad, que es la que decide si el proyecto se realiza o no, de acuerdo a la ley 64-00.
El grupo de expertos, encabezados por Ramón Rogelio Franco, Felicita Heredia y Norma Fabián, explicaron que ninguna alcaldía tiene capacidad para expedir permisos medio ambientales. “Las alcaldías deben dirigirse a Medio Ambiente para gestionar los permisos correspondientes que involucran a unas 10 instituciones”, aseguraron.
Vivimos en un país donde toda regla se viola, donde además todo comienza bien, pero después llegan los descuidos y la falta de presupuestos.