"Ha llegado el momento de exigir la imprescriptibilidad de los crímenes contra los periodistas y que los mismos sean considerados delitos de lesa humanidad”, afirmó Paolillo a presentar su discurso.
PUNTA CANA, La Altagracia. El crimen organizado y la corrupción política son los principales enemigos de los periodistas y la libertad de prensa en América Latina, tal y como lo revela el informe de la Comisión de Libertad de Expresión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
El informe leído por el presidente de la Comisión, Claudio Paolillo (Uruguay), denunció que en los últimos seis meses 12 periodistas fueron asesinados en el área, al tiempo que se han incrementado los actos de violencia contra las mujeres con 84 casos en el 2015.
“Ha llegado el momento de exigir la imprescriptibilidad de los crímenes contra los periodistas y que los mismos sean considerados delitos de lesa humanidad”, afirmó Paolillo a presentar su discurso.
El informe presentado en la Reunión de Medio Año de la SIP, celebrada en Punta Cana, República Dominicana, lamentó que los gobiernos se limiten a realizar promesas incumplidas de que la policía, los fiscales y los jueces harán su trabajo y plantea la posibilidad de que la prensa denuncie a los estados donde estos asesinatos tienen lugar como cómplices de los delincuentes.
Citó los casos de México, donde desde el 1987 a la fecha han sido asesinados 128 periodista. Mientras que, en El Salvador el ejercicio profesional periodístico se lleva a cabo en comunidades con la presencia de pandillas, y en Honduras las agresiones y la impunidad a los crímenes continúan generando autocensura.
En Perú y en República Dominicana señala que han persistido los ataques y amenazas e intimidaciones contra periodistas. En Ecuador se impusieron 78 medidas disciplinarias contra los medios a través de la Superintendencia de la Información de Comunicación (CORDICOM).
En Nicaragua persiste la censura gubernamental y la publicidad oficial sólo llega a medios oficiales y “neutralizados”, en Haití continúa la atmósfera de acoso y amenazas contra periodistas.
Otra de las dificultades que se denuncian es lo relativo a la falta de acceso a la información pública y la iniciativa de legislaciones en contra de la libertad de expresión.