Dicen que el que “no tiene hechas, no tiene sospechas”.
Si el presidente Danilo Medina no tiene nada que ocultar, nada debe temer.
Presionar a medios de comunicación para que no difundieran un documental sobre su vinculación con el gobierno de Brasil y la empresa Odebrecht fue una torpeza que solo sirvió para incriminarse y de paso darle veracidad al contenido de las imágenes presentadas.
En el documental no existe ninguno de los elementos constitutivos de la difamación y la injuria porque se trató de informaciones publicadas en medios de comunicación nacionales y extranjeros sin que provocara ninguna reacción.
Lo que si puede haber es una violación al contrato firmado entre el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y las empresas que, argumentando temores legales, decidieran no difundirlo.
El documental del PRM no dice una sola mentira; todo cuando establece es verdad. Los hechos mostrados son irrebatibles. Esa, y no otra, es la verdadera razón por la cual Danilo impidió que se difundiera.
Por otro lado, ¿quién demandaría a quien por el video? ¿La Odebrecht en Brasil cuyo presidente está preso condenado a más de 19 años de cárcel por corrupto? ¿El presidente de la Odebrecht en República Dominicana que tiene una orden de conducencia de un juez por unos terrenos que el Ministerio Público no ha hecho cumplir por temor y por politiquería? ¿Demandaría Danilo Medina cuyos vínculos con la presidente de Brasil llegan tan lejos que ella hizo un spot llamando a los dominicanos a votar por él en las elecciones del 2012? ¡Jamás!
Además, una sentencia del Tribunal Constitucional anuló varios artículos de la ley 6132 sobre expresión y difusión del pensamiento por inconstitucionales mediante la cual los dueños de los medios no pueden ser enjuiciados por informaciones difundidas sobre figuras públicas, que por cierto, están obligadas por ley a ofrecer detalles sobre el ejercicio de sus funciones. En todo caso si alguien decidiera demandar, sería al PRM por incumplimiento de contrato a los canales que no difundieron el documental. Pero no lo harán.
No es casual, lo he dicho muchas veces durante varios años, que la empresa brasileña haya obtenido los mejores contratos para la construcción de obras del Estado incluyendo las plantas a carbón de Punta Catalina que se afirma fueron sobrevaluadas en más de mil millones de dólares.
No fue el PRM, sino la esposa y socia de Joao Santana, Mónica Moura, quien dijo que Danilo Medina recibió dinero de la Odebrecht para el financiamiento de su campaña electoral.
En vez de impedir que el video se difundiera, lo que debió hacer Danilo fue aclarar todas las acusaciones y conjeturas que lo relacionan con Odebrecht y con Joao Santana, experto en campañas sucia y que tenía a su disposición el Departamento Nacional de Investigación (DNI).
En lo personal el documental me pareció sin ninguna novedad porque todo lo que vi ya lo había visto o leído en la prensa. Nada nuevo. Por eso no entendí por qué el gobierno se adelantó a denunciar una campaña sucia que no existe cuando días antes de su difusión ya lo había visto el video, ni entendí las presiones para que la gente no lo viera masivamente, a menos claro está, que le temieran a la verdad que mostraba.
Solo me queda esperar el segundo documental confiado en que, con todas las informaciones disponibles, sea más contundente y demoledor. Y que esta vez pueda difundirse por una gran cantidad de canales de televisión y estaciones de radio sin que la censura gubernamental lo prohíba.
PD: Un estudio revela que de los diez inversionistas más grandes del país en publicidad, el gobierno es el número uno, el décimo lo es el PLD. Ambos con recursos del Estado.