Un abiente de agitación y tensión vive Brasil donde este domingo los diputados votan para decidir si someten a juicio político a la presidente Dilma Rousseff, mientras miles de brasileños toman las calles para apoyar a la gobernante y otros para respaldar el proceso en su contra.
En la tarde de hoy, y luego de largos debates, habrá de comenzar la votación de los diputados brasileños, que deben decidir si aceptan iniciar el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, el clima entre los congresistas va del entusiasmo de algunos a la cautela de otros. En una conversación con esta corresponsal, la diputada Luciana Santos del PC do B (comunistas) dijo que puede haber “maniobras” durante la votación.
“Va a intentar quebrar el régimen interno de la Cámara para instalar procesos completamente atípicos. Nosotros vamos a vigilar y si percibimos que hay ilegalidades en el procedimiento, no lo vamos a permitir”.
Del otro lado, hay euforia entre los ex socios del PT, los del PMDB (Movimiento Democrático de Brasil) que pretenden poner al vice Michel Temer como jefe del Palacio del Planalto.
Leonardo Quintao, diputado de ese partido por Minas Gerais, afirma que mañana lunes, el texto votado en la Cámara de Diputados debe ir al Senado. “Y en 15 días estamos en condiciones de confirmar nuestra votación allí: 54% de los senadores ya se declararon favorables al alejamiento de la presidenta”.
En todas las grandes ciudades brasileñas se realizan protestas desde ayer casi en un clima similar al de un gran partido de fútbol. En São Paulo, en la avenida Paulista, y en otras ciudades, se han instalado pantallas gigantes y dividido los espacios para la transmisión en vivo desde el Congreso, que mostrará uno a uno los 513 votos abiertos, en una sesión que debe terminar a las 10 de la noche de hoy hora brasileña (madrugada en España). La oposición necesita 342, que parece que ya tiene, y Rousseff 171, que no parece alcanzar en estos momentos.
Bares y restaurantes deben funcionar como en día de Mundial, para recibir clientes a favor, en contra y neutros sobre la destitución. El barrio bohemio Vila Madalena, en São Paulo, es un reducto de camisetas amarillas de la selección contra Rousseff. El centro de la ciudad debe recibir mejor a los camisas rojas. Los centros comerciales deben cerrar hoy para evitar tumultos