Golpe de Estado es una expresión que escuchamos y leímos con frecuencia a inicios del período que cubrió los años que transcu-rrieron entre 1961 y 1976.
Entonces lo que niños y los jóvenes aprendíamos cuando nos hablaban de un Golpe de Estado era algo serio y tenebroso.
Esa frase contundente significaba el derrocamiento de un Gobier-no por las vías ilegítimas, no a través de elecciones o mediante mecanismos judiciales como los que se utilizan en estos tiempos.
Era una acción que se ejecutaba con el uso de la fuerza armada, y naturalmente la represión y la violación de la libertad de tránsito y otros derechos humanos como consecuencia.
Golpes de Estado hubo desde 1961 en varios países de América Latina y del mundo, y brevemente citaremos varios que ocurrieron en los primeros deponiendo a gobiernos votados por los pueblos latinoamericanos en elecciones libres.
En Brasil, por ejemplo, en 1964 se instaló una dictadura militar mediante golpe de Estado al presidente Joao Goulart.
En Argentina fue derrocado en 1962 el presidente Arturo Frondizi, y en la República Dominicana el 25 de septiembre del año 1963 el gobierno de Juan Bosch.
Luego en 1971 se produjo un golpe de Estado militar en Uruguay que derrumbó una democracia tradicional latinoamericana, y dos años después a sangre y fuego el jefe del Ejército de Chile Augusto Pinochet derrocó el 11 de septiembre de 1973 al presidente democrático Salvador Allende.
Para citar uno de tantos más, en marzo de 1976 los militares ar-gentinos derrocaron al gobierno peronista de Isabel Perón.
Estuvo como común denominador de esos golpes de Estado el trasfondo del apoyo y/o el estímulo de los organismos de inteli-gencia y militares del Gobierno de los Estados Unidos, lo que aparece ya en documentos oficiales.
En reciente visita a Buenos Aires, capital de la Argentina, el presi-dente Barack Obama reconoció que el Gobierno de los Estados Unidos algún día tendrá que hacer un estudio de su responsabili-dad histórica en lo que sucedió en la patria del cantante Carlos Gardel.
Dicho esto, hagamos ahora unas precisiones sobre el Golpe de Estado que en 1963 derrocó a Juan Bosch.
Primero que nada, pude comprobar en los archivos de la Bibliote-ca Presidencial Lyndo Baynes Johnson que elGobierno de los Es-tados Unidos autorizó en 1965 al ex-embajador John Barthlow Martin a utilizar documentos oficiales secretos para escribir un li-bro que fue publicado con el deliberado propósito de desacreditar a Bosch presentándolo como un mal administrador gubernamen-tal.
Además, en “Overtaken by Events”, Martin trata de justificar el golpe señalando que una causa del derrocamiento de Bosch fue haber sido flojo con los jóvenes simpatizantes con ideas revolucionarias de izquierda.
En mi libro “Golpe y Revolución” presento las pruebas documen-tales del plan ejecutado desde 1966 por el ex-embajador Martin y el Gobierno de los Estados Unidos de América para desacreditar a Juan Bosch.
En los convulsos años de la década que comenzó el 1ro. de enero de 1961, en la República Dominicana los principales partidos marxistas eran el Socialista Popular, el Movimiento Popular Do-minicano y el Movimiento Revolucionario 14 de junio.
En del año 1962 el líder del 14 de Junio Manolo Tavárez Justo había anunciado en una manifestación pública que en algún mo-mento él y sus seguidores podían lanzarse a la lucha guerrillera en las montañas si las circunstancias lo demandaban.
En varios países de la América Latina se formaron movimientos parecidos inspirados en el ejemplo de los guerrilleros cubanos li-derados por Fidel Casto, quienes gobernaban en Cuba desde el 1ro.de enero de 1959.
La guerrilla de Manolo Tavárez Justo comenzó a operar después del golpe de Estado contra Juan Bosch. Se inició en noviembre de 1963 y terminó el 22 de diciembre siguiente con el fusilamiento de Tavárez Justo y varios de sus compañeros.
La orden para fusilarlo salió del Palacio Nacional de Gobierno. Entonces gobernaba un Triunvirato de civiles que sustituyó a Bosch.
De la posible insurrección o guerrilla organizada por el Movimiento 14 de Junio en 1963 ya se hablaba desde que Juan Bosch era presidente de la República.
Por aquellos tiempos, en Venezuela las Fuerzas Armadas de Libe-ración Nacional (FALN) mantenían focos guerrilleros en contra del Gobierno electo democráticamente de Rómulo Betancourt, amigo de Juan Bosch.
Estaba Juan Bosch en enero de 1959 en Caracas, Venezuela, exi-liado y combatiendo con sus ideas la dictadura de Rafael Trujillo, y al producirse el triunfo del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Cuba, una parte del exilio dominicano decidió iniciar la organización de una invasión armada contra la tiranía que gobernaba nuestro país.
Fidel Castro había sido invitado a Venezuela a conmemorar el 23 de enero el primer aniversario de la caída de la dictadura militar del general Marco Pérez Jiménez. Un grupo de dominicanos aprovechó esta visita de Fidel para empezar los preparativos de lo que sería la gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo.
Esta expedición madurada en Venezuela y Cuba llegó a la República Dominicana desde Cuba el 14 de junio de 1959.
Cuando le pidieron que sumara a esta expedición guerrillera la organización política que entonces Bosch dirigía, el PRD, el Partido Revolucionario Dominicano, él rechazó la idea explicando por qué en Cuba había triunfado Fidel Castro y por cuáles razones la lucha guerrillera estaba destinada a fracasar en República Dominicana.
Bosch había participado en 1947 en un esfuerzo fallido para inva-dir el país y derrocar a Trujillo. Fue aquello el esfuerzo de la expedición de Cayo Confites, desmantelada en Cuba por el Ejército cubano por órdenes del Gobierno de los Estados Unidos de América.
Hay que recordar que en el año 1963 un gran número de jóvenes venezolanos estaba enrolado en las montañas de la Patria de Simón Bolívar en la lucha guerrillera que buscaba destituir al pre-sidente Rómulo Betancourt.
Cuando Bosch es presidente de la República tuvo algunas diferencias con el el presidente Betancourt debido a que Bosch no quiso adoptar en la República Dominicana medidas represivas similares a los métodos que utilizaba el Estado democrático venezolano para reprimir las guerrillas. En el caso dominicano, sería para prevenir una insurrección.
Los documentos oficiales demuestran que en el decenio 1960-1970 el Gobierno de Estados Unidos entrenó a los Ejércitos de Latinoamérica en técnicas antiguerrilleras. Estas técnicas fueron elaboradas por un equipo militar dirigido por el general Maxwell Taylor. Fue así como se extendieron por toda América Latina los planes tácticos para enfrentar la insurgencia guerrillera de los jóvenes revolucionarios latinoamericanos inspirados o confundidos por el ejemplo cubano.
En nuestro caso dominicano, en el mismo exilio, Juan Bosch no apoyó a la expedición que se organizaba desde Cuba, la que al lle-gar el 14 de junio de 1959 le dio posteriormente el nombre al Mo-vimiento 14 de Junio que luego organizaron Tavárez Justo y otros en la República Dominicana.
Si se revisa la prensa escrita de la época se puede comprobar si al-guna vez Juan Bosch hizo campaña o denuncias a favor del Movi-miento 14 de Junio. Nunca lo hizo.
El problema con la izquierda dominicana insurreccional fue cons-tante en toda la vida política de Bosch, quien también siempre se opuso a las prácticas de terrorismo. El líder revolucionario ruso Vladimir Lenín también era opuesto al terrorismo, y al populismo, decía Bosch.
Es Bosch presidente de la República en 1963 y tiene un dilema en un fuego cruzado: presiones de grupos internos, de derecha y de izquierda, y las insistencias del Gobierno de Estados Unidos para que aplicara en Santo Domingo la doctrina norteamericana anti izquierdista, anti insurreccional, anticastrista y anticomunista.
En el año 2008 conversé con un general dominicano retirado de la Policía Nacional, quien me dijo que fue Anthony Ruiz -(que no era el mismo agente de la CIA Dan Mitrione que estuvo en Santo Domingo y luego en Uruguay, donde lo asesinaron los guerrilleros Tupamaros. Luis y Mitrione eran dos personas distintas totalmente, me insistió y me dijo que el escritor Ramón Font Bernard confundió mucho con este tema hablando por televisión)-, que fue Anthony Ruiz quien les dio la orden en Palacio Nacional a los militares para que dieran el golpe de Estado tras las discusiones que se produjeron en la madrugada del 25 de septiembre de 1963 con el presidente Bosch.
De acuerdo con esta versión, más que el coronel Fritz Long, consejero de Defensa, fue Ruiz, asesor de seguridad pública de la embajada de Estados Unidos, la figura norteamericana en el terreno determinante en el golpe de Estado de 1963.
Naturalmente, la instrucciones provenían del Potomac.
Lo que quiere decir entonces que fue la CIA, pues tanto Mitrione (que estuvo en el país después de 1965) como Ruiz, trabajaban encubiertos por el programa de seguridad pública de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID).
Dan Mitrione estuvo en el país después de la revolución de 1965 asesorando a la Policía Nacional y posteriormente fue enviado a Uruguay, donde fue eliminado por los guerrilleros urbanos Tupa-maros en agosto de 1970.
El mes anterior a la muerte de Mitrione, julio de 1970, en Santo Domingo fue asesinado por las fuerzas de seguridad el dirigente del Movimiento Popular Dominicano, MPD, Otto Morales, y el mes de septiembre siguiente mataron al también dirigente del MPD Amín Abel Hasbún.
Detrás de estas dos ejecuciones estaba la decisión de reprimir a quienes las fuerzas de seguridad asesoradas por los Estados Uni-dos entendían responsables del secuestro en marzo de 1970 del agregado aéreo de la Embajada de los Estados Unidos coronel Donald J. Crowley.
Después que las Fuerzas Armadas derrocaron su gobierno en la madrugada del 25 de septiembre de 1963, Juan Bosch fue colocado en un barco de la Marina de Guerra Dominicana que lo desembarcó en Guadalupe.
Desde aquella isla, posesión del Gobierno de Francia en el Caribe, el presidente Bosch viajó por avión a Puerto Rico, donde residió hasta el 25 de septiembre de 1965.
El alto oficial que nos dio los nuevos detalles sobre el golpe contra Bosch falleció recientemente. Se trata del general Ramón Benito Monción Leonardo, quien nos dijo también que previno un atentado que se programó contra la vida de Bosch este segundo 25 de septiembre. Osea, el de 1965.
Dos años habían transcurrido desde la fecha del golpe de Estado que desconoció al gobierno juramentado el 27 de febrero de 1963 y aprobado por el pueblo dominicano con prácticamente el 60 por ciento de los votos en las elecciones del 20 de diciembre de 1962.
Roma, Domingo 17 de abril 2016