Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, dijo que luchará hasta el final y dijo que la decisión de la Cámara de Diputados de llevarla a juicio solo marcó el comienzo de una larga lucha por la democracia.
Fue la primera manifestación pública, después que los legisladores admitieran anoche por mayoría de votos, la solicitud de impeachment, la jefa de Estado enfatizó que considera sus derechos torturados, pero negó que pudieran matar su esperanza.
La democracia es el lado correcto de la historia, sentenció y puntualizó que tiene ánimo, fuerza y coraje suficientes para enfrentar la injusticia a que fue sometida.
No me voy a abatir, ni me van a paralizar con eso; no es el comienzo del fin, es el inicio de una larga y lenta lucha por la democracia, advirtió.
Refiriéndose a lo acontecido ayer en el plenario de diputados, relató que vio todas las intervenciones y ninguna discusión sobre el delito de responsabilidad que le imputan y el cual pudiera ser la única manera de juzgarla, como lo establece la Constitución.