Por Marcelo Peralta
Santiago, R. D. El catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo-UASD-, miembro de la Comisión Ambiental de esa casa de estudios superiores, biólogo, ecologista, Luis Carvajal, abogo este martes porque se detenga en el país la explotación de la especie guaconejo, actualmente diezmada por haitianos para llevarlo a Francia para fabricar perfumes.
Llama al Presidente de la República, Danilo Medina que intervenga ante la despiadada explotación del Guaconejo extraído del medio silvestre, porque de lo contrario, esta planta se llevará a la extinción.
Dice que hace varios años que el Medio Ambiente y Recursos Naturales, otorgó licencia para extraer de los bosques leños de Guaconejo, donde prevalece una práctica de que los contrabandistas quienes pagan a haitianos para secar los árboles y luego sugerir cortarlos.
Anuncia que para salvaguardar la especie de Guaconejo, el Ministerio de Medio Ambiente y el Jardín Botánico Nacional, están creando y desarrollando bancos de semillas, los cuales habrán de estar en condiciones de suplir dicho material, de entrenar, instruir a las comunidades, interesados sobre la recolección, el manejo de ese material y de los recursos forestales no maderables.
En ese sentido Carvajal dice que la diversidad biológica silvestre no resiste más el comercio que se práctica con el Guaconejo, porque desaparecerá ya que todas las especies de Guaconejo, del género Amyris, familia botánica Rutaceae, tienen madera resinosa y aromática, por lo que se les usa para la elaboración de perfume y extraer aceite muy fines de grandes demandas en mercados de Europa, Francia y Paris.
Siempre y de acuerdo al experto, en República Dominicana el árbol es cortado, transportado en camiones hacia Haití para ser procesado y extraído los finos perfumes, aceites y otros derivados.
Al decir del maestro y ecologista, al inicio la madera era llevada hacia Haití y de ahí exportada sin procesar hasta Francia, donde sería procesada la materia prima y elaborado el perfume.
Confiera que en varias ocasiones miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (CESFRON) se dan a la tarea de ir escoltando camiones cargados de Guaconejo hasta cruzar la frontera.
Luis Carvajal dijo que se había dicho que existe una semiprocesadora de esta madera instalada en el pueblo de Cabral, en la provincia Barahona en el Sur del país.
“{Particularmente yo nunca vi esa semi-procesadora a pesar de que indagué al respecto con varios técnicos del hoy Ministerio de Medio Ambiente, pero nadie sabía nada.
Tiempos después, dijo que se había concedido una licencia para extraer “Guaconejo seco”en la comunidad de Higüero, Distrito Municipal Arroyo Dulce, en Enriquillo.
Tras la realización de reuniones y talleres sobre ambiente, diversidad biológica, plantas útiles, Carvajal advertía a ciertas autoridades ambientales, incluido un Viceministro en dos ocasiones, de lo improcedente y peligroso de esa actividad, sin embargo, nadie hizo caso.
El especialista en medio ambiente dice que el Guaconejo en muchas zonas del país ésta planta ha sido castigada drásticamente.
Y por el hecho de ser resinosa, que tiene “cuaba”, similar al pino, pechipén, pero que el Guaconejo es muy buscado por habitantes de la zona rural que usan fogones de leña para hacer fuego.
“Hemos visto cómo ayudantes de campo de los botánicos se llevan un pedazo de esta madera a largas distancias desde el bosque a sus hogares para tal fin” dice.
“Del Guaconejo se extrae no es hallado seco, sino que, salvo excepciones en lugares bien apartados de los asientos humanos, se corta verde y en unos días aparenta estar “seco”.
Y “he señalado que cuando hay especies del mismo género muy parecidas, aunque una de ella pueda ser abundante, hay que tener cuidado con eso, pues una persona que no es especialista no puede distinguir entre una y otra” subraya.
La Convención Internacional sobre el Tráfico de Especies en Peligro de la Fauna y la Flora Silvestres (CITES) en algunos casos coloca familias enteras en las listas rojas y de control.
Y, peor aún, cuando se trata de negocio, donde sólo importa los beneficios económicos y donde no hay ninguna supervisión.
Asegurando que conlleva la explotación de cualquiera de las especies del género de la familia, sin importar que algunas de ellas estén amenazadas.
Dice que el permiso extendido por las autoridades ambientales fue para extraer Guaconejo de la especie Amyris elemifera, que es la más abundante de las que existen en República Dominicana y que resulta aparecen 10 especies del género Amyris.
Dos de ellas se hallan solamente en Haití, tres son exclusivas de la República Dominicana.
Aclara que esas 5 taxa no crecen de manera natural en ninguna otra parte del Mundo y que las restantes especies hay en República Dominicana y Haití.
En Los Haitises es donde se localizan esas especies y otras en la península de la provincia Santa Barbara de Samaná.
Mientras que las que han sido restringidas las que existían al procurrente de Barahona y la isla Beata, la restante sólo crece entre Barahona y Pedernales, que es donde se realiza la mayor explotación de esta madera.
Cita en los lotes de Guaconejo “seco” se ha identificado varias especies, hay una especie endémica, de otro género de las Rutáceas, que también es cortada como “Guaconejo”.
La especie sobre la cual se ha extendido y mantenido un permiso de extracción del medio silvestre para su exportación se encuentra en la categoría de Vulnerable (VU), según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Las restantes dos especies amenazadas se vaya en la categoría de En Peligro y que la especie de otro género se encuentra bajo la categoría de vulnerable.
En ocasiones ha conversado con algunas de las personas que cortan, apilan y transportan Guaconejo en la zona de Higüero, camino hacia El Tunal y el Hoyo del Pelempito y Azua.
Advierte que debido a la extracción irracional de forma extensiva e intensiva, donde los botánicos están contemplando elevar la categoría de amenaza del Guaconejo, Amyris elemifera, a la categoría de En Peligro.
En este lugar de Higüero, donde se almacena miles de traviesas o durmientes para las vías férreas y de postes para empalizadas, se deposita toneladas de Guaconejo, que luego es transportado en contenedores convertido en un lucrativo negocio.