La comunidad científica internacional está inmersa en el desarrollo de la cardiología nuclear, una subespecialidad de la medicina nuclear, afirmó en declaraciones a Prensa Latina la especialista Teresa Massardo, miembro de la Sociedad Chilena de Cardiología.
Por Reina Magdariaga Larduet*
La Habana, (PL) Numerosas son las especialidades médicas que se encargan del diagnóstico de pacientes para curar o prevenir los distintos males que hoy nos acechan, como ocurre con las enfermedades coronarias, consideradas hoy entre las principales causas de muerte del planeta.
Una de las ramas es la medicina nuclear, disciplina que utiliza los llamados radiofármacos para el estudio del funcionamiento de diferentes órganos del cuerpo humano.
Por eso, la comunidad científica internacional está inmersa en el desarrollo de la cardiología nuclear, una subespecialidad de la medicina nuclear, afirmó en declaraciones a Prensa Latina la especialista Teresa Massardo, miembro de la Sociedad Chilena de Cardiología.
Sin embargo, aunque a diario enfrentamos el desafío de los altos costos de los equipos, es una manera de evaluar la enfermedad coronaria de forma no invasiva con imágenes que pueden integrarse al bagaje de herramientas diagnósticas para lograr una mejor terapia de los pacientes, señaló.
Al decir de Massardo, se tiene claro que la enfermedad del corazón en el mundo crece y que mueren más personas de infarto del miocardio, porque los estilos de vida se van haciendo cada vez más sedentarios. "Hay más diabéticos, más obesos y eso redunda en las enfermedades coronarias".
Mediante la inyección de dosis bajas de compuestos radiactivos y la detección de las imágenes correspondientes por medio de una gammacámara, la cardiología nuclear permite valorar el flujo de la sangre que, a través de las arterias coronarias, llega al corazón.
A propósito de ello, la idea es que antes de que se produzca el infarto, prevenirlo y tratarlo o cuando hay un infarto, ver si hay territorios que tengan riesgos de más infartos o muerte. Por ahí va la idea del papel de la cardiología nuclear, comentó.
Según la también representante de la Sociedad Chilena de Medicina Nuclear, las enfermedades cardiovasculares en su país se comportan igual que en los países desarrollados, al ubicarse en la segunda causa de muerte, después del cáncer.
A una interrogante sobre la formación de jóvenes en materia de cardiología nuclear, respondió que los interesados en la cardiología tienen que hacer un programa de residencia de tres años que en la nación suramericana se dicta en dos instituciones de Educación Superior: la Universidad de Chile y la Pontificia Católica de Chile.
"El programa de ambos centros de altos estudios dedica un porcentaje significativo al estudio de cardiología nuclear. Por tanto, cuando uno termina la especialidad está capacitado para trabajar en esa rama de la medicina nuclear".
La también presidenta del comité científico del Congreso Latinoamericano de Medicina Nuclear que se celebrará en Chile en el segundo semestre de este año, destacó el proceso de integración que se materializa en América Latina y el Caribe en materia de cardiología nuclear.
Como un paciente es el conjunto de fenómenos complejos que se pueden analizar de distintos puntos de vista, la idea es conocer las alteraciones que hay a través de otras imágenes o procedimientos invasivos y mirar al paciente en globo, señaló.
Por lo tanto, añadió, actualmente se trata de unificar criterios, integrando los especialistas en reuniones clínicas donde se presenten casos complejos, como ocurrió en el recién finalizado VII Congreso de Cardiología Nuclear e Imagen Cardiaca, celebrado en La Habana, del 14 al 16 de este mes.
EXPECTATIVAS CUMPLIDAS
Ese encuentro, en el cual también fue presidenta del comité científico, satisfizo las expectativas de Massardo, quien representó, entre otros especialistas, a América Latina y el Caribe.
El evento me pareció muy interesante, estuvo muy bien organizado, no tuvo ningún bache, y todo funcionó según lo previsto, elogió.
A pesar de que el Congreso se celebró en el Hotel Nacional de Cuba, un lugar con un paisaje acogedor, las salas se mantuvieron completamente llenas, más de lo que yo pensaba, apuntó.
La también académica de la Universidad de Chile reveló que aprendió mucho en esa convocatoria, por lo que esas experiencias la compartirá con sus alumnos que eligieron la cardiología nuclear como especialidad médica.
Massardo aprovechó la ocasión para anunciar un congreso latinoamericano de medicina nuclear que organiza su país para el próximo mes de noviembre.
Esperamos que asistan delegados cubanos y de todos los países de la región, así como de Europa y Norteamérica, señaló la también miembro del grupo de expertos en Medicina Nuclear del Organismo Internacional de Energía Atómica.
rml
*La autora es periodista de la redacción de Ciencia y técnica de Prensa Latina.