El presidente Danilo Medina, uno de los alumnos más aventajados del profesor Juan Bosch se encamina a retener el poder en las elecciones venideras, según la mayoría de las encuestas difundidas en el país.
Pienso que su contacto permanentemente con la gente, especialmente los desamparados urbanos y rurales del territorio nacional ha sido determinante.
Encontró muchas dificultades como él mismo lo advirtió al tomar juramento, sin embargo el esfuerzo desplegado en su primer cuatrienio le auguran positivos resultados al cierre de las urnas el venidero 20 de mayo.
¿Y su agenda gubernamental? ¿Y su estructura comunicacional?
En ambos casos hay una armoniosa sintonía orientada a dar a conocer cada detalle de las ejecuciones programadas.
Medina ha contado con una base mediática eficiente y creativa desde que asumió la conducción del Estado el 16 de agosto del 2012.
Sin tener que apelar frecuentemente a declaraciones en los medios de comunicación, el mandatario ha tenido siempre un escenario en el que sobresalen sus ejecutorias gubernamentales difundidas en formas planificadas, coordinadas y diseñadas por la Dirección General de Comunicación de la Presidencia.
La DICOM, dirigida por el licenciado Roberto Rodríguez Marchena y su equipo técnico y profesional ha dado un seguimiento permanente a la agenda presidencial en el plano local e internacional.
Ha sido efectivo también el trabajo de la Dirección de Información, Análisis y Programación Estratégica de la Presidencia (DIAPE).
En la era de la información y el conocimiento es imposible el éxito en la aplicación de políticas públicas sino se dispone de una estructura comunicacional que oriente eficientemente a la ciudadanía.
¿Puede un gobierno impactar con sus ejecutorias sin disponer de una bien estructurada política de comunicación?
Ningún sistema político actual deberá subestimar la extraordinaria incidencia, penetración y concientización ejercida por la Radio, Televisión, Prensa Escrita e Internet en los núcleos poblacionales.
Ni siquiera en sociedades de sistemas cerrados como es el caso de Corea del Norte se puede dejar de apelar a la comunicación masiva para exteriorizar los mensajes que el aparato estatal desea dar a conocer.
Política y Comunicación
Un político es un comunicador innato que siempre tendrá que apelar al uso de la palabra hablada o escrita para entrar en contacto con su pueblo.
El ex presidente de la República, Juan Bosch en su discurso de toma de posesión el 27 de febrero del 1963 expresó que: “Nosotros estamos aquí con la decisión de trabajar, no de odiar. Dispuestos a crear, no a destruir. A defender y a amparar, no a perseguir.
Pongamos todos juntos el alma en la tarea de acabar con el odio entre los dominicanos como se acaba con la mala yerba en el campo que va a ser sembrado. Pongamos todos juntos el alma en la tarea de edificar un régimen que de amparo a los que nunca lo tuvieron, que de trabajo a los que los buscan sin hallarlos, que de tierra a los campesinos que la necesitan, que de seguridad a los que aquí nacen y a todos los que erran por el mundo en pos de abrigo contra la miseria y la persecución.
El mundo en que vivimos parece estar lleno de soberbia y de odios, pero cuando entramos en él con la mirada limpia del que no tiene amarguras, hayamos que millones y millones de personas trabajan en silencio por un mañana mejor.
Nada se obtiene de un día para otro, el mismo Dios, según se lee en el Génesis tardó seis días en crear el mundo y en poblarlo de seres vivos, de árboles y de luz. Pero todo se logra con el trabajo, con la persistencia y con la fe.
Así como nada se obtiene de un día para otro, nada se obtiene sin luchas.
Mientras nosotros gobernemos en la República Dominicana no perecerá la libertad”.
Espacio y tiempo son dos singularidades que podrían definir el éxito o fracaso de un gobierno. El profesor Bosch fue derrocado siete meses después de iniciar el primer mandato democrático tras 31 años de una de las dictaduras más cruentas que registra la historia contemporánea.
Y evidentemente que en el epicentro de su efímera gestión gubernamental estaba como prioridad el fortalecimiento del marco institucional del país, el respeto a las libertades y la aplicación de políticas orientadas a mejorar los niveles de vida de los más pobres.
El campo
Desde la conducción del Estado se pueden introducir y orientar medidas para abrir un espacio que propicie la inclusión social con miras a cambiar los rostros de tristezas entre los menos afortunados.
Medina con su estilo innovador ha colocado la mirada hacia el campo, llegando a lugares donde hacía años que sus antecesores en el poder no visitaban.
La fotografía del “saltito” del mandatario cuando recorría comunidades rurales del país más que una simple imagen del momento, refleja inquietud desde el poder hacia la población marginada de nuestra campiña.
“Al juramentarme como Presidente, soy consciente de las dificultades y riesgos, que vive actualmente nuestro planeta. Sé que la situación económica nacional e internacional amerita grandes esfuerzos de cambio; que la ciudadanía está impaciente, por los beneficios que la democracia, no siempre, ha sido capaz de hacerles conocer y disfrutar.
Pero también, sabemos del enorme potencial de nuestro país. Conozco de lo que somos capaces. Sé bien, que no hay obstáculo que no pueda ser superado cuando nos unimos y empujamos juntos una agenda común. Podemos ser alegremente optimistas.
Hoy, como Presidente, les convoco a trabajar juntos, todos y todas, sin exclusión alguna, de índole política, religiosa, étnica o social, para sentar las bases de un nuevo modelo de desarrollo que nos asegure que continuará creciendo la prosperidad, al mismo tiempo que se reducen las desigualdades, la pobreza, la exclusión social y mejora de la calidad de vida de toda la ciudadanía”, expuso Medina tras asumir el poder en el 2012.
El gobernante ha identificado la esencia de su campaña: electoral con un slogan central que reza:” Danilo, siempre con la gente”.
En el tintero quedan muchas cosas por hacer desde la conducción del Estado en la República Dominicana, especialmente en lo concerniente a reducir los niveles de pobreza; a propiciar mayor inclusión, combate a la corrupción administrativa y fortalecimiento institucional así como crear las condiciones para el aumento del poder adquisitivo entre las franjas sociales de menores ingresos.
En lo adelante, la revolución educativa propiciada por el presidente Medina debería tocar también el campo de la salud; creación de empleos entre los jóvenes, medio ambiente y recursos naturales, deportes y la cultura en sentido general.
Sábado, 23 de abril de 2016