Aquino practica su propio estilo de hacer política. Muestra en los debates racionalidad y humildad, bregando por conciliar para crear igualdad en un país con profundas diferencias de género y desigualdades sociales, políticas y económicas.
Por Rolando de la Ribera
Santo Domingo, 25 abr (PL) La campaña electoral de la candidata presidencial dominicana Flor Soraya Aquino Campos ha sido modesta, con algunas propuestas, y todas las encuestas la ubican con muy baja intención de votos, menor del uno por ciento.
Aquino tiene 50 años, es oriunda de la ciudad de Santiago de los Caballeros, es política, abogada, notaria y empresaria, se formó en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y en el Hunter College de New York y aspira a la presidencia por los partidos Socialista Cristiano (PSC) y de la Unidad Nacional (PUN).
En su aval profesional figuran numerosos diplomados y maestrías y es presidenta de la Federación de Asociaciones de Plazas y Arterias Comerciales, del Consejo de Administración y la Asociación de Comerciantes de Plaza Central y fundadora y directiva de la Asociación de Mujeres Empresarias.
Durante años ha luchado porque la Junta Central Electoral le reconozca legalmente a su PSC fundado en 2008, pero esa entidad considera que la formación política carece de suficientes miembros, lo que Aquino interpreta como una demostración de la falta de democracia en el país.
Aquino practica su propio estilo de hacer política diferenciándose de las figuras tradicionales y muestra en los debates racionalidad y humildad, bregando por conciliar para crear igualdad en un país con profundas diferencias de género y desigualdades sociales, políticas y económicas.
Su alianza con el también minoritario y social-cristiano Partido de Unidad Nacional (PUN), fundado en 2001 y presidido por Pedro Corporán Cabrera, le ha permitido presentarse a estos comicios como candidata presidencial desde una plataforma legal y exponer su propuesta de programa de gobierno.
Asegura que una administración suya incentivaría la producción agropecuaria para convertir al país en una nación exportadora y considera que es necesario buscar nuevos mercados donde colocar los productos, porque es incorrecto que el 75 por ciento de lo que se exporta sea al mercado de Estado Unidos.
También asegura que solo incrementando la producción habrá una baja en los precios de los alimentos, que es una de las cosas más demandadas por la población y critica las dos plantas eléctricas de carbón que construye el Gobierno en Punta Catalina, Baní, por ser muy caras y altamente contaminantes.
Asegura que si llega al poder endurecerá las penas a quienes falsifican medicamentos, opina que el país requiere un mayor control en la calidad de los fármacos y el abaratamiento de sus precios, y que la Salud Pública requiere de más recursos, por lo que favorece incrementarle el presupuesto.
Afirma asimismo que la inseguridad se ha convertido en el principal problema de la República Dominicana, y es necesario combatirla y superarla porque crea desesperanza en la población y aleja la inversión extranjera que genera empleos .
Sobre el controvertido tema migratorio se ha manifestado a favor de regular la situación y repatriar a quienes no llenen los requisitos legales pues para ella "en el país viven más de tres millones de haitianos que han invadido pacíficamente este territorio con la complicidad de las autoridades". mgt/rr