Expertos pronostican un próximo colapso del dólar como resultado de una serie de factores concomitantes y no corregidos que se arrastran desde hace años, y que repercutirán en toda la economía mundial. Paralelamente, como efecto de la globalización, emerge una quiebra a nivel general, en forma de crisis sociológica afincada en el comportamiento inmoral de una parte de la población. Sí, porque el ciudadano del siglo XXI, a imitación del del siglo pasado, ha tomado sobre sí la autocomplacencia dejando de lado los valores constructivos sobre los que se había asentado la civilización judeo-cristiana y que ahora se desecha como si fuera inservible para el hombre de hoy.
Sin embargo, el fundamento idóneo para mantener en orden al conjunto poblacional se asienta en los mandatos que le fueron dados por el Creador del hombre, a modo de unas instrucciones inapelables dirigidas a su fin terreno y eterno: la salvación de su alma. Pero la humanidad ha llegado al cúlmen de su independencia de Dios y de su voluntad sobre ella, llegando incluso a matar en nombre de Dios.
Volver entonces al respeto de la vida y los bienes ajenos, de la institución matrimonial, fomentar el cultivo del espíritu, etc…según las bases del cristianismo, es imprescindible para alcanzar una cierta satisfacción individual y colectiva, pero imposible desde los planteamientos injustos que ponen al hombre en el centro de todo, olvidando a Dios. Porque al hombre y a su bien real se llega sólo desde el enfoque divino: una hermandad sobrenatural que busca satisfacer las necesidades materiales y espirituales que dan la felicidad plena al hombre. La justicia es insuficiente cuando se la priva del amor, de su fuente, que es Dios.
Clara Jiménez
Murcia España
Bilbao 2