Según análisis de medios de prensa es matemáticamente imposible que el senador gane el número de papeletas necesarias, por lo que el político populista trata de enfocar su trabajo en ganar más superdelegados, los cuales se inclina por la fémina por un margen de 18 contra uno.
La Habana, 4 may (PL) El aspirante a la nominación demócrata Bernie Sanders enfrenta un duro y tal vez imposible camino para obtener los dos mil 383 delegados para llevarse la boleta del partido azul.
En un juego en el cual las matemáticas pesan, el senador por Vermont lleva la de perder frente a la favorita exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
El legislador tendrá que ganar la mayoría de los cuatro mil 765 delegados a la Convención Nacional Demócrata, o sea dos mil 383, el número mágico que le daría la papeleta en Filadelfia.
Hasta hoy, Clinton tiene asegurados dos mil 202 y Sanders mil 400, cuando quedan en juego mil 163 representantes al cónclave de julio.
Según análisis de medios de prensa es matemáticamente imposible que el senador gane el número de papeletas necesarias, por lo que el político populista trata de enfocar su trabajo en ganar más superdelegados, los cuales se inclina por la fémina por un margen de 18 contra uno.
Un estudio del diario digital Político señala que después de ganar Indiana, Sanders tiene mil 399 delegados y superdelegados comprometidos a su nombre, de acuerdo con el conteo de la Associated Press, lo cual significa que necesita 984 boletas más para alcanzar el umbral de dos mil 383 necesarios.
Sin embargo, precisa, las elecciones por venir (Guam, Virginia Occidental, Kentucky, Oregon, Islas Vírgenes, Puerto Rico, California, Montana, Nueva Jersey, Nuevo México, Dakota del Norte, Dakota del Sur, y el Distrito de Columbia) solo aportarán 933 representantes electos por el voto popular.
Así, añade, si Sanders ganara el 100 por ciento de los representantes comprometidos en cada uno de esos territorios no llegaría a la cifra necesaria.
De ahí que el senador centra sus esfuerzos ahora en cambiar las reglas para la obtención de esos poderosos asistentes, el único camino que le queda para descarrilar la nominación de su rival.
Los superdelegados son líderes del partido, miembros del Congreso y otras élites que pueden elegir a su candidato, independientemente de cómo votan sus estados.
Según Político esa estrategia es una posibilidad muy remota de Sanders, pues de los 719 superdelegados, Clinton tiene 520 por 39 su rival.
Luego de su sorpresiva victoria en Indiana, donde Clinton obtuvo un delegado más (43 a 44), Sanders insiste en que la carrera no terminó e intenta lograr que los que no son elegidos por el voto popular se tornen a su candidatura, algo que los expertos consideran una tarea imposible.
No obstante, su esfuerzo debe energizar a la agrupación azul al lograr que concurran más votantes a las elecciones generales, algo que pondrá en desventaja a los republicanos, según expertos de los comicios.
Voy a hacer todo lo que pueda para asegurar que en noviembre tengamos un muy elevado índice de participación, dijo Sanders tras los resultados en Indiana.
La situación es complicada para Clinton, pues pese a la gran acumulación y endosos a su candidatura, su rival la coloca en una posición que evidencia su avance es producto de un engendro del sistema.
Tras Sanders está una mayoría, desencantada y angustiada, que no respalda el perfil de la puntera, y la ve como un candidato del sistema, que tiene el apoyo de Wall Street, las grandes empresas de energía y las aseguradoras, y los que manejan el país.
La persistencia de Sanders, obliga a la ex primera dama a buscar la manera de atraer el multitudinario movimiento formado alrededor de su rival, en especial a los jóvenes.
Pero ese sector en su mayoría no está integrado por demócratas convencidos, sino independientes (40 por ciento del electorado), por lo que pueden oscilar hacia el bando contrario, donde Donald Trump, pese a su discurso incendiario, también ofrece algo de populismo.
Lo cierto es que el fenómeno Sanders aporta nuevos aires a los demócratas, y si lograra cambiar las reglas de votación de los superdelegados, para Clinton será una convención para no olvidar, en la que puede perder su condición de favorita precompetencia.
mgt/lb