Sugiero a quienes aspiran a Presidente, Vicepresidente, senador, diputado, alcalde o regidor; a los discurseros, jilgueros, bocinas, asesores y lambones, sean cristianos de verdad o de mentira, agnósticos y hasta ateos: no sigan pidiendo que Dios “vote” por su candidato o candidote. No pierdan su tiempo pidiéndole nada, ya que Dios no forma parte del padrón electoral, pues no tiene acta de nacimiento ni cédula. Roberto Rosario ni siquiera le pidió sus apellidos para expedírselas, por sospechar que no es dominicano, presumiendo que es hijo de inmigrantes ilegales, pues el Viejo Testamento no le aclara las cosas.
Ramón ColomboSoy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.