Hasta hace unas semanas, cuatro o cinco, Roberto Salcedo era el Goliat en el Distrito Nacional. Su victoria era dada como un hecho por su equipo de campaña, hasta que apareció David. De una semana acá, el nombre de David Collado no solo ha tomado los medios, incluidas las redes, sino las calles.
Su nombre es viral. De David hablan arriba y abajo, un fenómeno inesperado en la campaña electoral en marcha. Si existía un candidato peledeísta que en la percepción pública no se ponía en dudas su triunfo, ese era Salcedo, con ya 14 años dirigiendo la alcaldía del Distrito Nacional.
Sin embardo, lo "dudoso" de acuerdo a la percepción, es que haya una garantía de victoria de Salcedo, que desplegaba una campaña basada en la autosuficiencia propia de su liderazgo, exponiendo sus resultados en la alcaldía, alejado en lo más posible del resto de las candidaturas peledeístas en la capital, incluso de la presidente Danilo Medina.
Ante la presión de David, situado puntero en varias encuestas, es obvio el cambio de estrategia de Salcedo, que ahora se inclina a asociar su nombre al presidente Medina, en un evidente propósito de que este pueda sumarle los votos que Collado le viene restando.
El FENÓMENO DAVID
El fenómeno David ha sido un caso inesperado para la campaña de Salcedo, muy dado a sobrestimarlo ante sus adversarios en el seno del PLD, y ni decir a lo externo. El auge de David Collado, a decir de muchos, tiene que ver con viejos y recientes errores del actual alcalde del Distrito Nacional, que hoy podrían costarle la alcaldía.
El factor David, que ha impactado de forma sorprendente en el electorado, como ningún otro candidato de su partido (PRM), radica en que es un joven de cercanía con elites empresariales, políticas y sociales en la capital. En palabras entendible: tiene buenos padrinos, y en todos los partidos.
Además, ha construido un perfil de joven decente, educado y emprendedor, con niveles lealtad partidaria, sin desmedro a relacionarse con adversarios. La clase media y alta que reside en el Distrito Nacional lo tiene como uno de los suyos. En esos factores podría radicar el auge de su candidatura en estas últimas semanas.
LOS ERRORES DE ROBERTO
Roberto Salcedo, cuya gestión de catorce años en la alcaldía del Distrito Nacional ha sido bien valorada, podría estar siendo víctima de sus propios errores viejos y recientes, muy especialmente en lo que tiene que ver con sus relaciones dentro del PLD. Incluso, víctima de su éxito, pues no se discute que en su gestión municipal ha exhibido logros de gran aceptación en la capital, y que pudieron desarrollar en el popular comediante y actor un "engreimiento" que lo llevaran a perder las perspectivas del momento político.
Con decir, que se habla de que en los tiempos en que Danilo Medina estaba abajo, Salcedo no mantuvo con el hoy mandatario una actitud muy amigable, y que ahí radicó el hecho de que se distanciara de él Domingo Contreras, quien abandonó su cargo de secretario general del cabildo y en las pasadas primarias internas le disputara la candidatura a alcaldía, la que Salcedo retuvo gracias a acuerdos internos en el PLD.
Pero ya oficialmente candidato, Salcedo habría cometido pecado, el pecado que no cometió, por ejemplo el presidente Medina en su plan de reportularse. En vez de sumar fuerzas internas y externas, Salcedo hizo todo lo contrario. Escogió a Francina Hungría como candidata a vicealcaldesa, alejada de las estructura partidarias, del PLD y aliados, cuando lo recomendable era que eligiera, o una candidata cercana a las fuerzas internas que lo adversaron, o del propio PRD, que lo recibió y le ofreció su respaldo en un acto encabezado por su presidente Miguel Vargas Maldonado.
La lectura que dentro del PLD y sus aliados dieron a la escogencia de Hungría fue que en la estrategia de Salcedo, su liderazgo era suficiente, y no requería del respaldo de otros sectores. Y el escenario era apropiado para esas conclusiones, ya que no había candidato a la vista que pudiera disputarle la victoria en la plaza al hoy alcalde el 15 de mayo.
Pero surgió David unos dos meses antes de las elecciones. Cuando David Collado fue formalizado candidato, no solo habría encontrado cobija en perremeístas y reformistas, sino en otros núcleos de partidos aliados al PLD, y dentro del mismo PLD, que hicieron suya su candidatura, que evidentemente amenaza el imperio de Roberto Salcedo en el Distrito Nacional.