Por Victor Garrido Peralta
Resulta altamente preocupante el observar el apoyo que aun aparentan tener los 24,442 candidatos del partido de gobierno, a la luz de las malas practicas que en el ejercicio de sus responsabilidades publicas han cometido la gran mayoría de los que hoy aspiran a una reelección.
Han sido muchas las víctimas históricas que han derramado su sangre en pos de nuestra identidad como nación, cuya base la constituyen principios y normas que han sido violados sin reparo una y otra vez por quienes aspiran a ser reelegidos.
A pesar de ello, aun al día de hoy, en la gran mayoría de los hogares dominicanos, desde los mas desprotegidos y vulnerables hasta los mas privilegiados, se transmiten las enseñanzas de esos principios éticos, cívicos y morales que constituyen la esencia de nuestra raíces, de nuestra cultura, de nuestra razón de ser como pueblo digno, libre e independiente.
Hoy en que nos disponemos a confiar el manejo de lo que a todos (as) pertenece, cabe reflexionar sobre el nefasto ejemplo que como ciudadanos de nuestra amada Quisqueya damos a las futuras generaciones si premiamos lo mal hecho con una reelección. Crecimos y deben crecer las generaciones por venir con enseñanzas absolutamente contrarias, donde si usted quebranta las normas se le CASTIGA, no se le premia. Crecimos y deben crecer las generaciones por venir con la convicción de que el trabajar duro, el estudiar, respetar a los demás y sus posiciones es y sera sagrado. No sera ese el principio que primara si a los corruptos y corruptores se les premia con una reelección.
Es aquí y ahora donde debemos castigarlos con nuestro voto contrario. Es aquí y ahora donde nuestras esencias como nación deben servirnos de orgullo al ponerlas en alto con tu voto de castigo. Es aquí y ahora cuando frente a las urnas nos encontremos que debemos decir no puedo ni debo premiar lo mal hecho. Es aquí y ahora donde debemos desmontar el circulo vicioso de reelegir personajes por prebendas de poca o mayor cuantía a sabiendas de que las mismas no serán utilizadas en el desarrollo y bienestar común. Es aquí y ahora que estamos en el deber de votar en contra del contaminante mal uso de nuestras finanzas. Es aquí y ahora que debemos decirles que no, que lo han hecho mal y que no lo vamos a permitir. Es aquí y ahora que debemos manifestarles el que no todos(as) condonamos sus conocidas malas practicas. Es aquí y ahora que juntos debemos alzar la voz con el voto contrario.
Que se escuche en todo el planeta a Quisqueya gritar: somos un pueblo digno. No todos somos corruptos ni corruptores y a aquellos que nos han tratado de convertir en pueblo de mendigos, les decimos: basta ya, basta!!!.
Juntos podemos!
Victor Garrido, M.D.
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