En la fauna dominicana hay una especie sumamente extraña, que sin embargo se diferencia en ciertos rasgos de los de su especie en el resto del mundo: no hace manada con otros ejemplares de su propia familia; no responde a ningún llamado (ni con caricias o susurros, ni con señas o palabras); es más irracional que todas las especies irracionales conocidas; suele dar tumbos en la selva y tropezar muchas veces con las mismas piedras, pues no levanta los pies ni ha aprendido a volar, aunque pudiera hacerlo. Su nombre científico es “Politicus opositorum”. Si se encuentra cualquier ejemplar no trate de ayudarlo, pues muerde.