La policía de Iraq informó que la suicida fue una mujer, pero el DAESH, acrónimo árabe de EI, emitió un comunicado identificándolo como un hombre.
Bagdad, 17 may (PL) Más de 60 personas murieron y alrededor de 110 resultaron heridas hoy en una cadena de atentados con explosivos en esta capital, sacudida en la última semana por múltiples acciones violentas del Estado Islámico (EI).
Fuentes médicas y de seguridad informaron que el primero de los ataques ocurrió en un concurrido mercado al aire libre en el barrio Shaab del norte de Bagdad, habitado básicamente por musulmanes de confesión chiita a los que los fundamentalistas sunnitas del EI consideran apóstatas.
La detonación de una potente bomba fuera de los muros de concreto que rodean el mercado popular en Shaab generó pánico y las primeras víctimas, tras lo cual un suicida se inmoló en medio de las personas que asistían a los 28 muertos y la decena de heridos de la primera explosión.
La policía de Iraq informó que la suicida fue una mujer, pero el DAESH, acrónimo árabe de EI, emitió un comunicado identificándolo como un hombre.
Otras dos bombas estallaron en el Ciudad Sadr, también predominantemente chiita y cercano a Shaab, y un cuarto artefacto causó víctimas entre clientes que realizaban compras en otro mercado de vegetales y frutas de Rashid, un vecindario mixto de chiitas y sunnitas en el sur de la capital.
Según un parte médico, cinco civiles perdieron la vida en el barrio Dora de Rashid y otras 21 personas corrieron igual suerte cuando explotó un carro cargado de dinamita en un área comercial a cielo abierto en Ciudad Sadr.
Un ataque con bombas ocurrido minutos después en un restaurante se saldó con otros nueve fallecidos, agregó un portavoz de las fuerzas de seguridad que en esos últimos sucesos evitó confirmar la autoría de los takfiristas (terroristas islámicos sunnitas) del DAESH.
La agrupación extremista se atribuyó la ejecución de tres deflagraciones de carros bomba en Bagdad el viernes, en los cuales perecieron 93 personas y más de 60 sufrieron lesiones, así como del asalto el domingo a una planta de gas de la localidad de Taji, en el norte de la capital, que dejó 14 decesos.
A pesar de que el primer ministro Haider Al-Abadi destaca logros sobre el terreno en la ofensiva armada contra el EI, los terroristas controlan aún vastas zonas del norte y oeste del país, e incrementaron sus acciones violentas en áreas bajo dominio del gobierno, incluida Bagdad.
Justo ayer, el ejército y las fuerzas federales de seguridad anunciaron una operación de envergadura para reconquistar Rutba, una localidad de la provincia occidental de Al-Anbar cercana a la frontera con Siria y que el DAESH tomó hace dos años.
La ola de atentados se produce en momentos de parálisis política por la negativa del parlamento iraquí a aprobar la remodelación del gobierno propuesta por Al-Abadi como parte de las medidas para combatir la corrupción.
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