SÃO PAULO, 30 de mayo de 2016 – /PRNewswire/ — Según un análisis del G100, Núcleo de Estudios Internacional, se considera en forma casi unánime que el PIB tendrá una caída de alrededor del 3,5%. En la actualidad es evidente que hay un cambio en las expectativas del equipo económico que se está diseñando con la posible presencia de Ilan Goldfajn como presidente del Banco Central.
El Ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, es una figura reconocida que cuenta con una amplia experiencia profesional y sabe cómo conformar un equipo sólido. Hay otras señales positivas, como los precios administrados que se han vuelto a alinear, e incluso en este año se estará notando una tendencia a la baja en la inflación y las tasas de interés, lo que generará un estímulo al consumo y la inversión a partir del segundo semestre de este año.
El tipo de cambio parece estar razonablemente alineado en la franja de R$ 3,50; la balanza comercial está con un saldo positivo, aunque a costa de una gran caída en las importaciones y -en función del desempleo- los costos de la mano obra son más bajos y hay una gran capacidad ociosa.
La impresión que se tiene es que se llegó al fondo del pozo y que la tendencia es mejorar, o por lo menos no empeorar. Es verdad que existen grandes problemas: la relación entre la deuda y el PIB crece y va a continuar creciendo y, en opinión de algunos podría llegar al 90% en 2020; a la vez que el desempleo también está creciendo. No se puede imaginar que Brasil vuelva a crecer gracias al consumo.
El consumó estará subordinado al crecimiento de las inversiones. Acabamos de ver que el modelo de crecimiento basado en los estímulos al consumo no termina bien. Al ser un consumo subsidiado revienta las cuentas internas, la inflación y las cuentas públicas. Hay una tendencia enorme de ajustar el rumbo de la economía, tanto en lo macroeconómico como en las medidas del gobierno para el sector privado.
En términos de perspectivas de retomar el crecimiento, si el gobierno aprovecha todas las oportunidades y si todas las acciones se toman de acuerdo a lo esperado, deberíamos entrar en un círculo virtuoso de caída del dólar, estabilización de las tasas de interés, baja de la inflación y crecimiento del PIB, pero nada de esto sucederá de un modo totalmente homogéneo.