José Antonio Rodríguez dice que fue un símbolo viviente de la valentía del dominicano en su lucha por su libertad”.
En declaraciones remitidas a este diario el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez declaró que Antonio Imbert Barrera, quien falleció este martes en la madrugada, es un referente de la valentía del dominicano cuando se convence de que la libertad es consustancial al patriotismo y al bienestar de un pueblo.
En 30 de mayo, del 1961, Imbert Barrera participó, junto a un grupo de complotados, en el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, poniendo fin a una tiranía de 30 años que oprimía el pueblo dominicano.
Junto a Imbert Barrera, participaron en la acción Luis Amiama Tió, Pedro Livio Cedeño, Antonio de la Maza, Modesto Díaz Quezada, Juan Tomás Díaz Quezada, Roberto Pastoriza Neret, Luis Manuel Cáceres Michel (Tunti), Amado García Guerrero, Huáscar Tejeda Pimentel y Salvador Estrella Sadhalá, entre otros.
Recordó Rodríguez que Imbert Barrera y Amiama Tió fueron los únicos del grupo que lograron sobrevivir a la embestida persecutoria de los remanentes del régimen “contra los valientes dominicanos que con la eliminación del tirano lograron el final de opresión”.
El ministro de Cultura consideró que el pueblo dominicano fue beneficiario directo de aquel acto de inmolación patriótica, pues logró liberarse de un régimen que lo subyugaba y le impedía la libertad y el bienestar a que tiene derecho todo ser humano.
Rodríguez expresó que por esa acción patriótica en la que participó, se le debe rendir una despedida de Héroe Nacional a Imbert Barreras, “pues aquel 30 de mayo del 1961 él y sus compañeros supieron poner el interés de la libertad de un pueblo por encima de sus propias vidas”.
“Visto a la distancia, a 55 años de ocurrir aquella epopeya, se advierte el coraje de ese grupo de dominicanos de proponerse y llevar hasta su final la dictadura de Trujillo, lo que para ellos no era posible si no era eliminado el dictador”, expresó el funcionario.
En el caso de Imbert Barrera, dijo que tuvo una activa participación en hechos históricos posteriores a la muerte de Trujillo en República Dominicana y que muchos de sus actos estuvieron sujetos a controversias públicas, pero que no restaron mérito a su protagonismo en la proeza del 30 de mayo del 1961.