MAO, VALVERDE.-Murió ayer tarde en esta ciudad el reconocido músico Sergio Augusto Frías Rodríguez Kent, quien tenía varios años en estado delicado, producto de un cáncer en los huesos que lo mantuvo en cama por varios años.
Por Angel Berto Almonte
Cuantos recuerdos se lleva este gran ser humano, padre de nuestro colega periodista Homero Frías. Sergio Augusto nació bajo el arrullo de unas cuerdas, hijo de Rosalía Rodríguez y Arturo Frías, un guitarrista que hacía trío con Bienvenido Troncoso y Chita Jiménez en la Salvador Cucurrullo, de La Joya, donde otros dos músicos famosos deslumbraban su infancia: los hermanos Ñiní y Tavito Vásquez.
Sergio el Feo, el mote que le asignaron sus amigos para diferenciarlo de su amigo Sergio García ( fallecido), residía en la calle Capotillo, casi esquina 27 de Febrero, donde hoy sus amigos acuden a darle su último adiós. Parte de estos datos fueron extraídos de un artículo escrito hace varios años por la periodista Ángela Peña.
En incontable oportunidades interrumpió el dulce sueño a casi todas las pretendidas muchachas de Santiago y Mao en serenatas románticas que las conmovían hasta dar el sí y que casaron y siguen unidas a los que les llevaron a Sergio o a otro cantante para que este consagrado guitarrista le hiciera coro.
Hoy se nos fue Sergio, el hombre espectáculo que no sólo cantó y tocó, sino que embelesaba también por el amplio repertorio de vivencias que matizaban su pasado, plasmado en cancioneros, infinidad de fotos, cartas, notas, discos, reconocimientos que conserva y muestra con patética alegría.
Se nos fue uno de los grandes, aunque su padecimiento lo sufrió al lado de su familia, una parte de sus amigos se olvidaron de él. Cantó y tocó para todos los públicos el más romántico bolero de antaño, el merengue liniero o las danzas que prefería el tirano Trujillo para lucírsela en el salón con la más hermosa dama de la fiesta.
El prestigioso músico era oriundo de Santiago, pero hizo de Mao su pueblo predilecto. Estaba casado con Lesbia Taveras, madre de sus hijos Homero Arturo, Rosa Altagracia y Sergio Augusto, a ellos nuestra condolencia.