El año pasado, el mundo se convirtió en un lugar menos pacífico, reforzando un deterioro subyacente de la paz mundial que ya lleva una década, impulsado principalmente por un aumento en el terrorismo y niveles más elevados de inestabilidad política. El impacto económico de la violencia en la economía global alcanzó un total de US$13,6 billones o el 13,3% del producto bruto mundial, equivalente a 11 veces el tamaño de la inversión extranjera directa internacional.
Los refugiados y las personas desplazadas han aumentado drásticamente durante la última década, duplicándose a aproximadamente 60 millones de personas entre 2007 y 2016, casi el 1% de la población mundial. Islandia es el país más pacífico del mundo, seguido por Dinamarca y Austria. Siria es el menos pacífico, seguido por Sudán del Sur, Irak, Afganistán y Somalia.
LONDRES, 8 de junio de 2016 – /PRNewswire/ — La décima edición del Global Peace Index publicado hoy destaca una grave y creciente desigualdad en los niveles globales de paz en momentos en que la brecha entre los países más pacíficos y los menos pacíficos continúa ensanchándose.
El estudio, realizado por el comité de expertos que es el Institute for Economics and Peace, muestra que mientras que 81 países mejoraron, el deterioro de otros 79 pesó más que esas mejoras, es decir que la paz disminuyó a un ritmo más veloz que el año anterior. A pesar de eso, algunos de los países más pacíficos del mundo están registrando ahora niveles de paz históricamente elevados.
La clasificación para Medio Oriente y África (MOAN), la región menos pacífica del mundo en el informe del año pasado, disminuyó más al intensificarse los conflictos regionales, arrastrando a la paz mundial. Tan intensa es la actual concentración de violencia y conflicto en la región de MOAN que, cuando se consideran por separado, los niveles de paz promedio del mundo han mejorado. Tres de las cinco mayores disminuciones en materia de paz se produjeron en la región, incluidos Yemen, Libia y Baréin.
Steve Killelea, Fundador y Presidente Ejecutivo de IEP, señaló: "A medida que los conflictos internacionales en MOAN se arraigan más, las partes externas cada vez están más involucradas y aumenta el potencial para guerras indirectas o subsidiarias (proxy) entre las naciones estados. Esto ya se había evidenciado en Siria con el conflicto entre el régimen de Assad y múltiples partes que no eran estados, y ahora está avanzando hacia países como Yemen. Hay un conflicto subsidiario más amplio entre Arabia Saudita e Irán, y, en fecha más reciente, EE. UU. y Rusia han aumentado su nivel de involucramiento."
El impacto económico de la violencia fue de US$137 billones durante la última década, superior al PIB global de 2015.
El deterioro global de la paz en 2015 fue impulsado por un aumento en el terrorismo y mayores niveles de inestabilidad política. Si bien la mayor parte de la actividad terrorista está altamente concentrada en cinco países –Siria, Irak, Nigeria, Afganistán y Pakistán– el terrorismo se está extendiendo y solamente un 23% de los países del Índice no han sufrido incidentes terroristas. Europa, que fue nuevamente la región más pacífica del mundo, tiene un deterioro en su calificación promedio en el informe de este año debido a los incidentes terroristas de París y Bruselas, y las muertes por ataques terroristas en Europa han superado el doble de las de los últimos cinco años.
La cantidad de refugiados y de personas desplazadas ha aumentado drásticamente en la última década, y se duplicó a aproximadamente 60 millones de personas entre 2007 y 2016, casi el 1% de la población mundial. En este momento hay nueve países con más del 10% de su población desplazada de alguna manera; el 20% de la población de Somalia y Sudán del Sur respectivamente, y más del 60% de la población de Siria.
Si bien el impacto de la economía global de la violencia disminuyó en un 2% en comparación con el informe del año anterior, siguió mostrando una cifra impresionante de US$13,6 billones en 2015, equivalente a 11 veces el tamaño de la inversión extranjera directa internacional. Esto representa el 13,3% del PIB mundial, o US$1.876 por persona. En los últimos diez años, el impacto económico de la violencia fue de US$137 billones; superior al PIB mundial en 2015.
Steve Killelea señaló: "La creciente internacionalización de los conflictos internos ha coincidido con el hecho de que el financiamiento de la ONU para mantener la paz llegara a niveles récord en 2016: fue el mayor indicador que marcó una mejoría en el informe de este año con más mediadores por la paz desplegados y más países que han puesto al día sus colaboraciones a la ONU para tareas de pacificación. Sin embargo, el dinero dedicado a pacificación y consolidación de la paz se mantiene proporcionalmente pequeño en comparación con el impacto económico de la violencia, y representa tan solo un 2% de las pérdidas globales por el conflicto armado.
"Abordar la disparidad global en materia de paz y lograr una disminución global del 10% en el impacto económico de la violencia produciría un dividendo para la paz de US$1,36 billón. Esto equivale aproximadamente al tamaño de las exportaciones mundiales de alimentos."
El informe también brinda una auditoria de los datos disponibles para medir el Objetivo 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el reconocimiento de los estados miembro de la ONU de la naturaleza crítica de la paz para el avance del desarrollo global. Determina que, si bien hay algunos datos para evaluar el avance y por lo tanto responsabilizar a los estados miembro de cumplir con sus objetivos, será necesario hacer una importante inversión para medir los objetivos.
El informe concluye con una nueva investigación sobre la adaptación y lo que el IEP identifica como 'Paz Positiva', las actitudes, las instituciones y las estructuras que sostienen la paz. Determina que, a lo largo de la década, se perdieron 13 veces más vidas en desastres naturales en países que tienen Paz Positiva baja que en países que tienen Paz Positiva alta.
CLASIFICACIÓN REGIONAL + ASPECTOS DESTACADOS
Europa fue nuevamente calificada como la región más pacífica del mundo. La mayor mejora desde el año pasado ocurrió en América Central y el Caribe, mientras que América del Sur también logró avances en sus niveles de paz. MOAN tuvo la mayor declinación, seguida por África subsahariana, Europa y Asia-Pacífico respectivamente.
Europa ocupa seis de los principales siete lugares en las calificaciones; Islandia, Dinamarca y Austria continúan siendo los países de calificaciones más altas. Sobre las mejoras del año pasado, Portugal subió nueve lugares para ubicarse quinto a nivel mundial. No obstante, la clasificación promedio en Europa se deterioró, lo que refleja aumentos en el impacto del terrorismo y de la escalada de la violencia y la inestabilidad en Turquía, y las relaciones deterioradas del país con sus vecinos.
La clasificación de América del Norte se mantiene en línea con el GPI 2015. Un pequeño deterioro en Canadá, debido a un aumento en importación y exportación de armas, quedó compensado por una mejora comparable en EE. UU.
El nivel de paz en Asia-Pacífico se ha mantenido en gran medida sin modificaciones desde 2015, sin embargo, una cantidad de países, incluso Indonesia, Timor Oriental, Birmania y Tailandia mejoraron sus calificaciones. Un aumento en las tensiones en el Mar del Sur de China impactó sobre las relaciones externas entre las tres principales naciones involucradas: China, Vietnam y Filipinas.
A pesar de las continuas cuestiones de seguridad en América Central y el Caribe, la clasificación de la región mejoró lo suficiente como para ponerse por sobre América del Sur en las calificaciones, y en cuarto lugar en el total. Las mejoras se registraron principalmente en los niveles de inestabilidad política y terror político. Costa Rica tuvo el mejor desempeño, caracterizado por sus bajos niveles de militarización.
América del Sur cayó en la clasificación teniendo en cuenta las importantes mejoras en América Central y el Caribe, pero incluso registró una mejora en su clasificación global desde 2015. Esto se debió a niveles más bajos en conflicto internacional y militarización reafirmados por relaciones largamente pacíficas entre países vecinos. No obstante, hubo un importante malestar social en Venezuela y Brasil. La inestabilidad política aumentó en Brasil tan solo meses antes del comienzo de los Juegos Olímpicos 2016 en Río de Janeiro.
El deterioro promedio en África subsahariana enmascara las agudas variaciones en el desempeño del país: Chad, Mauritania y Níger mejoraron sus relaciones con los países vecinos, mientras que la amenaza que representan los grupos terroristas islámicos continúa pesando sobre muchos países en la región del Sahel y África Occidental.
Rusia y Eurasia continúa siendo la tercera región menos pacífica. Las mayores mejoras tuvieron lugar en Bielorrusia, Kazajistán y Uzbekistán; y los mayores deterioros ocurrieron en Ucrania, debido al persistente conflicto con fuerzas separatistas pro-Rusia en la región de Donbass.
El Sur de Asia continúa siendo la segunda región menos pacífica. Afganistán, Nepal, Bangladesh e India se deterioraron; mientras que Bután, Sri Lanka y Pakistán mejoraron modestamente. Las preocupaciones en materia de seguridad interna aumentaron en Bangladesh y Nepal debido a las protestas contra el gobierno. Afganistán ha presenciado el resurgimiento de la violencia el año pasado, con una cantidad de choques entre el gobierno y las fuerzas talibanas, y la posible reaparición de Al Qaeda luego del retiro de las fuerzas de la coalición en 2014.
La región MOAN, que ya estaba ubicada en el lugar más bajo en el GPI 2015, tuvo el mayor deterioro en materia de paz este año, al profundizarse las guerras civiles en Siria y Yemen, lo que llevó a una mayor intervención externa. Yemen, cuya crisis política de larga data explotó directamente en una guerra civil a comienzos del 2015, fue testigo de una gran depresión, impulsada por el creciente índice de víctimas, un gran aumento en la cantidad de refugiados y personas internamente desplazadas, y mayores niveles de ataques terroristas por parte de Al Qaeda y de ISIL.