Nacimos y hemos seguido escuchando ya en la adultez que desde el lejano Japón embarcaciones “clandestinas” penetran a las costas caribeñas para sustraernos nuestros recursos marinos, específicamente el salmón proveniente de los denominados pescados azules.
Y se ha convertido en leyenda esa historia que nunca ha sido abordada o aclarada por lo menos públicamente por ninguna autoridad u organismo internacional.
Lo importante es saber, ¿qué medidas se han adoptado para acabar con ese robo en las costas que nos recuerda la triste época de los filibusteros?
Por muchos años los países de la región del Caribe han vivido de espalda al mar, irónicamente su principal fuente de recursos naturales.
¿Existe ahora voluntad política entre los gobiernos y estados caribeños para afrontar un mal común, como es la preservación de sus costas marinas?
Indicadores apuntan hacia un objetivo definido entre las naciones caribeñas que están tomando conciencia sobre el peligro que representa el cambio climático a nivel mundial.
Conjuntamente a ello se agrega el terrible deterioro de los recursos naturales de nuestros mares provocados por la pesca indiscriminada y sin control de una diversidad marina en proceso de extinción.
s preocupante además la enorme cantidad de basuras especialmente plásticos arrojados al mar.
El liderazgo político de la región del Caribe viene demostrando interés en el mantenimiento de esos recursos, que es lo mismo decir por cuidar el planeta.
Sobresale el hecho de que por mucho tiempo no se observaba una unidad de criterios tan firmes como actualmente acontece entre las naciones caribeñas a través de una agenda común que no tan solo se manifiesta en lo político, económico, turístico, cultural sino igualmente en el interés de velar por la preservación de los recursos naturales.
Cambios Climáticos
El inmenso y atractivo Mar Caribe es zona constituida por una diversidad de recursos naturales, los cuales deben ser preservados y cuidados celosamente por sus autoridades y habitantes.
La Asociación de Estados del Caribe (AEC) ha venido jugando un importante rol en la integración y vínculos de los países miembros con la intención de aplicar una agenda común. Fue constituida en Cartagena, de Indias, Colombia, en 1994.
La AEC está conformada por 35 naciones caribeñas y centroamericanas entre ellas, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, República Dominicana, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, St. Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Trinidad y Tobago y Venezuela.
Como miembros asociados participan Anguila, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Monserrat, Islas Turcas y Caicos, Antillas Holandesas, Aruba, Guadalupe, Martinica, Guyana Francesa y Bermudas. Y de miembro observador está El Salvador, pero sobresale el trabajo de Colombia y México para mantener ese organismo regional.
En la VII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), efectuada en La Habana, Cuba, se abordaron diversos temas de interés para toda la zona caribeña.
Los impactos negativos del cambio climático en el Caribe preocupan a muchas gentes que esperan la adopción de medidas urgentes para enfrentar este serio problema ambiental.
A ese respecto, el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, expresó que: “las consecuencias del cambio climático son un desafío a nuestra propia supervivencia”.
Valoró la aproximación de una agenda política entre los países del mundo para reducir la pobreza y las terribles consecuencias del cambio climático.
“Nos alegra ver cómo varias naciones a las que venimos pidiendo un liderazgo a la altura de su responsabilidad han mostrado al fin, tener la voluntad política necesaria para revertir esta peligrosa tendencia” narró Medina al intervenir en la VII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, en La Habana.
Agenda 2030
Medina recordó que la adopción de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible con sus 17 objetivos y 169 metas que conforman una hoja de ruta para dar respuestas a los desafíos más importantes de la humanidad, como son el hambre, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social representan un importante esfuerzo de voluntad política.
En ese sentido, el Jefe de Estado entiende que el fortalecimiento de la Asociación de Estados del Caribe es fundamental para todos los sectores de la región del Caribe, anticipando que se abre una gran ventana de oportunidades.
La declaración final de esta Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, plantea entre otros puntos los siguientes:
Apoya plenamente la consideración de la iniciativa de alivio de deuda de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) que tiene en cuenta la naturaleza altamente endeudada de muchas naciones del Caribe y recomienda un enfoque que reconoce los principios de la Financiación para el Desarrollo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y propone, entre otras alternativas a evaluarse, un Fondo de Resiliencia del Caribe para los países beneficiados por la reducción de la deuda;
Reafirma su compromiso con un sistema multilateral de comercio, basado en normas, abierto, transparente, predecible, inclusivo, justo, equitativo y no discriminatorio, en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), así como con una liberalización del comercio, que permita reducir las asimetrías existentes y promueva el desarrollo sostenible de nuestros países, en particular de las pequeñas economías. Rechaza todas las acciones que puedan menoscabar su integridad, e insta a la búsqueda de una pronta solución a los diferendos existentes sobre la base del Derecho Internacional;
Articulo de Manuel Díaz Aponte
Jueves, 9 de junio del 2016