La Asociación de Fabricantes, Representantes e Importadores de Productos para la Protección de Cultivos (Afipa) sugirió integrar un sistema de renovación educativa para la reforma del sector agropecuario con la formación de nuevos profesionales y capacitación de técnicos y productores.
Ramón Castillo, vicepresidente de Afipa, propuso trabajar en el reforzamiento de la formación del futuro profesional agropecuario con una integración tripartita donde participe el Gobierno, los productores agropecuarios y los centros educativos.
Además, enfatizó que en la formación de los agrónomos se deben fortalecer las áreas de riego, fertilización, fitosanidad, gestión empresarial y manejo post cosecha, tanto en campo abierto como en ambiente protegido. El perfil del agrónomo de hoy es muy exigente, pero los salarios y las condiciones laborales son muy bajos.
En el país hay 12 centros educativos que emiten títulos de Bachiller Técnico Agropecuario y 10 universidades que otorgan el título de ingeniero. En los últimos 10 años se han graduado más de tres mil profesionales en Ciencias Agropecuarias y Veterinaria de las universidades, así mismo más de 4 mil bachilleres técnicos agropecuarios en los últimos 5 años, muchos de los cuales no tienen trabajo.
Para la formación de un agrónomo con competencia, se requiere implementar un programa de capacitación a los profesores para que motiven a sus alumnos al autoaprendizaje. La labor educativa de los profesores es árdua, pero sin el apoyo del Gobierno y el involucramiento de los productores, sus esfuerzos serían limitados.
Castillo señaló que muchos de los centros educativos no dan las horas de prácticas necesarias y no tienen claro el contexto de enseñanzas para la formación basada en competencias para que los nuevos profesionales logren un desempeño efectivo en una actividad productiva concreta, de modo que puedan insertarse en el mercado de trabajo, ya sea a través de instituciones públicas, empresas privadas o para su propio emprendimiento.
Expresó que muchos técnicos agropecuarios terminan el bachillerato técnico y no continúan su carrera de ingeniería agronómica en la universidad por los bajos salarios y las pobres condiciones laborales. Se deben revisar las condiciones laborales de los agrónomos y romper este triángulo que estrangula la producción agrícola. Son muchos los profesionales agrícolas jóvenes sin trabajo y otros con bajos salarios y malas condiciones laborales.
Puntualizó que el sistema productivo requiere elevar los conocimientos para aumentar la productividad agrícola e incrementar la rentabilidad y competitividad, para lo cual Afipa sugiere establecer un programa de re-educación en el aparato productivo nacional para tener una agricultura competitiva.
Dijo que la producción agrícola es una empresa que necesita de un buen manejo de cultivos en los que es necesario tener profesionales motivados y actualizados.
Sugirió a los productores involucrarse en el sector educativo, visitar los centros de enseñanza agrícola, conversar con los profesores, ofrecer pasantías a los que terminan la carrera, abrirse y apoyar las visitas pedagógicas, etc.
En esta integración gubernamental deben estar los ministerios de Agricultura, el de Educación y el de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCyT), las universidades, los centros técnicos educativos agropecuarios e INFOTEP.
Castillo manifestó que Afipa está en la mejor disposición de participar en la reforma y actualización del sector agropecuario para una agricultura más productiva y rentable para la competitividad.
Indicó que Afipa propone que se haga un programa de reforma del sector silvoagropecuario a partir de un diagnóstico real de la situación, se hagan acuerdos de planes, programas y proyectos por consenso para enfrentar la situación y se identifiquen y aseguren las fuentes de financiamiento para su implementación.
Además, consideró necesaria la unificación, apoyo y colaboración de todos los actores del sector silvoagropecuario, lo cual no tiene espera.
El vicepresidente de Afipa, sugirió un gran pacto del sector silvoagropecuario, en el que se debe trabajar por la seguridad agroalimentaria de la nación con una formación del nuevo profesional agrícola para la competitividad.