El Pachá es un gran ser humano, es mi amigo, a quien admiro y respeto, he disfrutado sus triunfos, y deseo que los conserve. Por eso este mensaje.
Frederick Martínez es un joven talentoso y carismático; un trabajador incansable en la comunicación, que ha logrado descollar en los medios por esas y otras cualidades que lo adornan.
Tras triunfar en la televisión hispana en Estados Unidos, ha regresado a su natal República Dominicana a producir y conducir el programa “Pégate y Gana con El Pachá”, con aceptable acogida en la teleaudiencia.
Son muchos años de carrera que lleva Martínez, tiempo suficiente para haber acumulado la experiencia necesaria para saber administrarse. Con su edad profesional y personal, pocos toleran que El Pachá se esté comportando hoy como si fuera un muchacho.
A lo mejor él no se esté dando cuenta, porque alguien a su alrededor esté celebrando y amplificando todo lo que hace, pero no me parece aconsejable para su imagen como comunicador sus constantes agresiones verbales a gente del medio.
No discuto las razones que pueda tener El Pachá para esos desahogos, – especies de embestidas contra gente que probablemente muchos no entiendan-, pero lo que sí considero –y es mi temor- que esa emotividad mediática suya se esté revirtiendo en su contra.
El Pachá ha tenido la disciplina para alcanzar el éxito en los medios, ahora requiere de la inteligencia para manejarse. Si se sigue dejando llevar por la emoción, podría estar cavando en el desierto.
El Pachá es un gran ser humano, es mi amigo, a quien admiro y respeto, he disfrutado sus triunfos, y deseo que los conserve. Por eso este mensaje.