Por Marcelo Peralta. Mao, Valverde, R.D.- Se convirtió en un símbolo de lucha y heroísmo la guerra de Estados Unidos librada entre República Dominicana en aquella gesta del 1916 cuando un grupo de hombres defendieron la Soberanía Nacional en la Batalla de la Barranquita, tras la odiosa invasión después que las tropas yanquis desocupara a Haití.
Los 100 años de esta epopeya en la que sobresalieron los dominicanos Máximo Cabral, Carlos Daniel, Luis Disla, Carlos Gutiérrez, entre otros, fue recordada con diversas actividades religiosas, sociales, culturales, desfiles militares, presencia de las autoridades, cerrando oficialmente al caer la tarde.
En horas de la mañana, en la homilía efectuada en la Catedral San Cruz, el Obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, su Eminencia Reverendísima, Monseñor Diómedes Espinal, llamó a los dominicanos emular a los héroes de la Batalla de la Barranquita del 1916 ocurrida en esta provincia Valverde la que repercutió en Santiago Rodríguez, Dajabon y Montecriti y todo el territorio nacional.
El mitrado dice que en la actualidad los pueblos son “invadidos” por gente que no resuelven a los males que afectan a la mayoría, sino que, por el contrario se sirven así mismo y en su condición de Obispo de la Diócesis de Valverde, Montecristi, Dajabón y Santiago Rodríguez que el Gobierno de Danilo Medina no es nuevo, sino una continuidad de lo mismo, al que exhortó que en su segundo mandato diseñe programa orientados a ayudar a los menos pobres.
Condena el hecho de que todo aquel que se sirva así mismo y a sus familiares sin pensar en los necesitados y para las funciones que les toca hacer son los verdaderos corruptos y traidores de la Patria, a la vez que denuncia que las actuales autoridades no ofrecen oportunidades a la juventud, ni a los necesitados, porque es de ahí donde deviene la violencia.
La eucaristía este domingo 3 de julio en la Catedral Santa Cruz ubicada en la ciudad de Mao con la asistencia del Gobernador Domingo Colón; la Fiscal Sonia Espejo; el Director Regional de Educación, Tirso Muñoz; el Alcalde de Mao, José Peralta; la Diputada Johanny Guzmán; regidores, miembros de la Policía, del Ejercito de la República Dominicano –ERD-, a la cual asistieron las principales autoridades de la provincia Valverde.
El religioso deplora el hecho de que hayan funcionarios estatales y legisladores “traidores” a la Patria que permiten invaden a los pueblos sin importarles lo que ocurra en el futuro.
El purpurado exhortó a la actuar generación de jóvenes a imitar a los héroes de esa contienda bélica que decididamente defendían a la Soberanía Nacional y la Patria de las tropas invasoras norteamericanas, precisando que la guerra no es sólo cuando se usan bombas y la violencia contra el pueblo, sino cuando hay funcionarios que no les sirven a los más necesitados.
Ha de recordarse la Batalla de la Barranquita entre dominicanos y los invasores militares norteamericanos representó para todos los dominicanos un monumento de dignidad, una exaltación al patriotismo un ejemplo al heroísmo.
Esta epopeya simbolizó la resistencia del pueblo y el Ejército Dominicano como respuesta a la violación de la Soberanía hecha por Estados Unidos en el año 1916 atropellos que el país vivió un gran vació de autoridad.
En medio de esa situación, los Estados Unidos que acechaba la oportunidad para imponer sus designios sobre el Caribe pisoteó la Soberanía Nacional, la Bandera, la Constitución, el Escuda, la nacionalidad y los derechos ciudadanos.
Debido a las debilidades del sistema político del país, hubo se producirse la renuncia del presidente dominicano Juan Isidro Jiménez, ocurrida el 15 de Mayo del 1916, siendo aprovechado por Estados Unidos para que desembarcaron las primeras Tropas norteamericanas cerca de la ciudad, bajo las órdenes del Contralmirante William Caperton.
A pocos dias de la llegada del primer desembarca, hubo otras por San Pedro de Macorís en la Región Este, registrándose otros por Puerto Plata y Montecristi.
Desde estas dos ciudades del norte las fuerzas invasoras se dirigieron a ocupar la ciudad de Santiago de los Caballeros, para así controlar los principales puntos de la República Dominicana.
Un grupo de aguerridos hombres defensores de la patria radicados en Mao se preparaban para luchar por la Patria.
El grupo de valiosos hombres estimulados por el patriotismo y sin tener idea de la magnitud del riesgo, 80 hombres encabezados por el general Carlos Daniel salieron desde Santa Cruz de Mao para esperar las tropas de ocupación.
El punto escogido fue el cerro de la Barranquita próximo a los entonces parajes de Guayacanes y Maizal y al día siguiente, se les unió el capitán Máximo Cabral, miembro del ejército dominicano.
El coronel Joseph Pendentlon era el comandante de las fuerzas enemigas de ocupación quien salió desde la provincia Montecristi el 25 de Junio de ese 1916 con 867 hombres bajo su mando y delante venía una guardia de avance de infantes que continuaba un cuerpo principal formado en infantería y artillería, un hospital móvil y tren de provisiones.
Sin embargo, se impuso la bravura increíble de estos hombres que hoy son recordados como “héroes” y con las limitaciones de armas y poca experiencia en “guerra”, por sus arrojos lograron detener a los “intrusos” por un tiempo prolongado a este gran ejército, y en un momento hasta lo hizo retroceder.
Ahí, estaba el valor, entrega a la Soberanía Nacional y al patriotismo basado y elevado a su máxima expresión que pudo dar a los marines norteamericanos la fuerza suficiente para enfrentar y resistir con fortaleza a ese ejército de más de 800 soldados entrenados y fuertemente armados.
Los gladiadores criollos de La Batalla la Barranquita del 1916 demostraron ser unos gigantes dentro de las luchas patrias del pueblo dominicano, y de que en ellos estuvieron sembrados los principios sacrosantos sembrados por el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte.
Hay quienes dicen que por esto es que se afirma ante todo el país y el mundo que la Batalla La Barranquita es un monumento a la dignidad y al patriotismo del pueblo y del ejército dominicano.