La sonda espacial Juno ya orbita el planeta Júpiter y es parte de los planes de la NASA de urgar en el universo y más allá. Su llegada se produjo el 4 de julio, coincidiendo con el Dia de la Independencia de Estados Unidos. ¿Pero cual es la tarea encomendada a este artefacto dotado de tecnología apropiada para llevarla a cabo?
La NASA ha informado que Juno pasará los próximos 20 meses estudiando el gigante gaseoso —el quinto paneta desde el sol y el más grande de nuestro sistema solar— para poder ayudar a los científicos a determinar los fundamentos del sistema solar, y a buscar señales de superficie sólida debajo de su atmósfera cubierta de niebla.
La meta principal del Juno es entender el origen y la evolución de Júpiter. Con su conjunto de nueve instrumentos científicos, Juno investigará la existencia de un núcleo planetario sólido, un mapa del intenso campo magnético de Júpiter, medirá la cantidad de agua y amoníaco en la atmósfera profunda, y observará las auroras del planeta.
La misión también permitirá dar un paso gigante hacia adelante en la comprensión de cómo se forman los planetas gigantes y el papel que han jugado estos titanes en la elaboración del resto del sistema solar.
Como nuestro primer ejemplo de un planeta gigante, Júpiter también puede proporcionar conocimientos fundamentales para la comprensión de los sistemas planetarios que se han descubierto alrededor de otras estrellas.
Se explicó que el cerebro de la sonda es una computadora, con sus componentes electrónicos encajonados dentro de paredes de titanio de casi media pulgada de grueso, que protegen sus instrumentos más sensibles de la extrema radiación a la que se verá sometida.
LA SEGUNDA QUE LLEGA A JÚPITER
No es la primera nave que llega a este planeta. Juno es la segunda nave que llega a Júpiter. La sonda de la NASA, Galileo, circundó el planeta entre 1995 y 2003. La misión de Juno terminará en 2018, cuando deliberadamente se lanzará contra la atmósfera de Júpiter y se desintegrará.
Esta sonda espacial Juno es, impulsada por la energía solar, comenzó a orbitar Júpiter luego de concluir su trayecto de cinco años y 2.800 millones de kilómetros de distancia.
El lunes por la noche, la sonda estadounidense disparó sus cohetes para desacelerar la marcha lo suficiente y dejarse capturar por la fuerza gravitacional de Júpiter.
Los controladores en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California explotaron en aplausos luego de recibir señales indicativas del éxito de la maniobra de 35 minutos, que ejecutó en piloto automático debido a la demora en las comunicaciones entre la Tierra y Júpiter.
“Juno, bienvenida a Júpiter”, dijo la comentarista del control de misión, Jennifer Delavan, de Lockheed Martin, la empresa que construyó a Juno.