No siempre se hacen propuestas, somos un país donde la diatriba sustituye a las ideas, por eso cuando un sector hace propuestas institucionales no se debe desaprovechar la oportunidad de someterlas al escrutinio de la opinión pública, a los fines de que se pondere su procedencia o improcedencia. Por lo visto, la propuesta que ha planteado el Conep, de boca de su Presidente, Papo Blanco, debe ser vista como oportuna y libre de contaminación partidarista.´
Bien ha hecho el Presidente Danilo Medina cuando ha opinado que asume las mismas porque es también su propuesta. La democracia implica aceptar ideas vengan de donde vengan cuando fortalecen el Estado de Derecho. Algunos han pretendido ver en las ideas de Papo Blanco un matiz partidarista. Lo cual es extraño pues acabamos de pasar por un proceso electoral donde lo menos que hubo fue propuestas sobre el país que deseamos forjar. Además, el hecho de que hayan sido hechas post elecciones, las descontamina.
Aquí se tienen ideas distorsionadas sobre el rol de los partidos políticos, su misión es ser el soporte de la democracia, esto se traduce en ser portadores de las propuestas de la sociedad, por tanto, en la propuesta del Conep, no se debe ver partidarismo sino una propuesta a de ser asumida o rechazada en función de sus méritos o de sus imperfecciones, los primeros en ponderarlas deben ser los partidos, en tanto y cuanto representación de sectores y clases sociales, que se los supone definidos, deben opinar en favor y en contra, pero pretender que es a la inversa, implica no entender el discurso sobre las clases sociales de Juan Bosch, el cual, podrá ser atacado pero hasta tanto no exista otra tesis sobre el particular, es la que tenemos y debe ser asumida como válida.
De no ser así estaríamos bajo una dictadura o, a lo sumo, bajo un régimen cesarista que se superpone a las clases sociales. En verdad tenemos una clase empresarial que más que emprendurismo busca parasitar en el Estado pero una cosa es medrar en el Estado y otra muy diferente, es hacer propuestas, pues también ocurre lo inverso, muchos políticos acuden al empresariado para buscar apoyo de todo tipo y luego quieren desentenderse de lo pactado. El proyecto de ley sobre partidos políticos es buen ejemplo de ello, lleva 15 años en el congreso y no tiene todavía fecha de salida; el tema de la regulación de los recursos que se manejan en los certámenes electorales no está debidamente regulado, es decir, el empresariado está haciendo propuestas institucionales que, al parecer, no son del agrado de los partidos, lo que implica que estamos acercándonos al punto en que los partidos deberán decir si asumen los pedidos de la sociedad o se imponen a la misma.
Lo que se advierte es que deberán asumir los reclamos sociales o se verán en una profunda crisis de gobernabilidad como vemos está ocurriendo en otros estados de nuestra región, pues la democracia tiende a sentar raíces y los que no alcanzan a entenderlo no hacen más que cavar su propia tumba. Nada podrá impedir la institucionalización democrática ni la consolidación y desarrollo de ésta. El desarrollo de los medios de comunicación, el nivel educativo, la globalización, etc., constituyen falanges griegas imbatibles en el mundo de hoy.
El no asumir las propuestas de la sociedad conlleva la liquidación formal de los partidos políticos. Entonces su espacio habrá de ser asumido por otros sectores, o bien, deberán crearse nuevos partidos con mayor capacidad de adaptación al mundo de hoy.
Las academias, las iglesias, la sociedad civil, las agrupaciones sindicales y las clasistas, de más en más, sustituyen bajo diversas modalidades, la obsolescencia programática por sordera y ceguera de los partidos políticos. Ciertamente, se nos dirá que el partidismo político es fuerte entre nosotros, es más: el último proceso electoral no dejó ninguna novedad más que el resurgir de partidos que se creían liquidados o que el proceso electoral sepultaría, no ocurrió así, pero eso no hace sino fortalecer la actitud del Conep, el cual dándose cuenta de la obsolescencia del partidismo, presenta directamente, el país que desea construyamos entre todos.DLH-6-2016