Su palmarés exhibe bicampeonatos olímpicos (Atenas-2004 y Londres-2012) y mundiales (Edmonton-2001 y París-2003), así como un título panamericano alcanzado en Santo Domingo-2003 y medallas de plata y bronce en los relevos de 4×400 en juegos continentales.
La Habana, (PL).- En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016 se percibirá la ausencia de un atleta eterno, historia pura en los 400 metros con vallas en citas estivales y uno de los deportistas más importantes de la República Dominicana.
Aunque resultará extraño no escuchar su nombre entre los vallistas que lucharán por el oro en la vuelta al óvalo, Félix Sánchez dejó su impronta en esta modalidad para convertirse en el primer atleta quisqueyano en ganar una medalla de oro bajo la sombra de los cinco aros, específicamente en Atenas-2004.
Super-Félix nació el 30 de agosto de 1977 en Nueva York, Estados Unidos y curiosamente es considerado el deportista más trascendental en la historia olímpica dominicana.
Capaz de derrotar a los especialistas de Estados Unidos en la distancia y de sobreponerse a lesiones y altibajos en su carrera, Sánchez demostró que pocas cosas son imposibles con trabajo y empeño.
Su palmarés exhibe bicampeonatos olímpicos (Atenas-2004 y Londres-2012) y mundiales (Edmonton-2001 y París-2003), así como un título panamericano alcanzado en Santo Domingo-2003 y medallas de plata y bronce en los relevos de 4×400 en juegos continentales.
En Londres-2012 y ya con 34 años, el dominicano registró 47,63 segundos y se convirtió así en el atleta más longevo en ganar la categoría de 400 metros con vallas.
Ahora, en Río-2016, dejará que otro atleta ocupe el trono. Aunque físicamente no estará en la pista, algo de él permanecerá en el recuerdo de cada seguidor del atletismo mundial.
Va a ser extraño, sí. Pero los grandes deben reconocer el final a tiempo y así lo hizo Félix Sánchez, quien decidió retirarse como campeón olímpico y se adelantó al potencial descenso de su rendimiento.
Aunque ya no esté en la pista, la zancada y los triunfos de otros recordarán lo logrado por Félix, un bólido de la media distancia que superó las diez barreras colocadas alrededor del óvalo y a quien sus seguidores seguirán recordando como lo que fue: un grande, una exhalación entre vallas doradas.
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