El ex mandatario dominicano afirma que el exceso de liquidez que se registra actualmente en la economía mundial se emplea en transacciones que no aumentan la riqueza industrial, alimentaria o energética.
SANTO DOMINGO.-La existencia de riqueza financiera de carácter ficticio pone en peligro la recuperación de la economía, la cual afronta una situación de crisis que ha provocado tensiones en varios países y una reconfiguración del mapa político en algunas regiones del planeta.
Así lo plantea el expresidente de la República, doctor Leonel Fernández, en un artículo publicado en el periódico El País, de España, basado en una ponencia titulada “La paradoja económica global”.
En su trabajo, el ex mandatario dominicano afirma que el exceso de liquidez que se registra actualmente en la economía mundial se emplea en transacciones que no aumentan la riqueza industrial, alimentaria o energética, sino en la realización de transacciones financieras que en lugar de contribuir a crear un tipo de riqueza material que satisfaga la demanda de los consumidores, crea un tipo de riqueza artificial fundamentado en papeles comerciales.
Basado en el último informe del Banco Mundial, sobre las perspectivas económicas mundiales, Fernández advierte que desde 2007 las proyecciones de crecimiento de la economía global se han reducido desde el 2,9% al 2,4%.
“¿A qué se debe esa situación? ¿Cómo se explica que a casi nueve años de haberse desatado la crisis financiera global del 2007, la economía global no haya podido recuperarse plenamente y reactivado su crecimiento?”, se pregunta.
Plantea que puede haber varias razones para este fenómeno, destacando, en primer término, la falta de coordinación entre los países integrantes del G 20, que fue la organización creada a raíz de la crisis para diseñar las políticas orientadas hacia su superación.
En ese sentido, afirma pues mientras Estados Unidos procedió a aplicar políticas monetarias expansivas para estimular el crecimiento y disminuir el desempleo, en Europa se decidió aplicar políticas de recorte al gasto o de austeridad que han determinado un estancamiento en su crecimiento económico.
“No obstante, puede haber una explicación más estructural, que tenga que ver con el hecho de que, a pesar de todas las medidas adoptadas para afrontar la crisis, lo que aún prevalece es la existencia de un modelo de desarrollo económico mundial fundamentado en la preeminencia del sector financiero sobre las demás áreas productivas”, indica.
En opinión del expresidente Fernández, el predominio del sector financiero o financiarización de la economía global, que empezó a surgir hace más de tres décadas, ha implicado una desnaturalización de la manera en que un sistema económico debe funcionar, y ha sido la causa fundamental que desató la crisis financiera global y de que ésta todavía no haya podido ser superada.
Fernández, quien además es presidente de la Fundación Unión Europea- América Latina y el Caribe (Fundación EU-LAC) y de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), insistió en que el modelo económico actual lleva inevitablemente a crisis de dimensiones impredecibles.
Argumenta que dentro del marco de un sistema económico fundamentado en la libre competencia, se entiende que el papel del sector financiero consiste en servir de intermediario entre el ahorro de los depositantes y las necesidades de crédito de los sectores productivos, como por ejemplo, la agropecuaria y la industria.
Sostiene, sin embargo, que lo que ha ocurrido en los últimos años es que el sector financiero se ha convertido en un fin en sí mismo, de manera que acumula beneficios no sobre la base de la diferenciación de las tasas de interés que aplica entre préstamos y ahorros, sino de las utilidades que adquiere a través de las innovaciones financieras y de los productos derivados que ha ido creando en un sistema bancario interconectado a nivel global.
“En realidad, la falta de crecimiento de la economía mundial se debe, entre otras razones, al hecho de que como resultado del fenómeno de la financiarización, se ha producido una desconexión o despegue entre el sistema financiero y los sectores productivos”, concluye Fernández.