Por Horacio Nolasco.- Alex Rodríguez ha pasado a una especie de limbo con el conjunto de los Yankees o parafraseando a García Márquez, Alex parece un general en su laberinto.
Cuando todos estamos inmersos en la festividad del Juego de Estrellas, la despedida de David Ortiz y pensando cuales serán los movimientos para los equipos competitivos, la situación del dominican york se parece a un personaje cualquiera de mi escritor favorito Franz Kafka, el genio del absurdo y la angustia.
Alex fue toda una sensación el año pasado, tras su retorno de la suspensión de más de una año, convirtiéndose por vez primera en el líder de un equipo, los Yankees, conjunto que tenía dos años fuera de la postemporada. Al arribar al Partido de las Estrellas del 2015, el 14 veces All Star alcanzó unos registros formidables (.278-18-58), incluso muchos pedían a gritos su presencia en el clásico de mitad de año.
Fueron incontables las publicaciones durante todo el 2015 para un hombre que tuvo que cargar con su culpa y de las estrellas del pasado ligadas al mundo de los esteroides. De manera estoica pasó cada una de las pruebas puestas en su camino el año pasado, incluyendo las seis pruebas de orina y tres sanguíneas anuales por el resto de su carrera.
Este año las cosas parecían muy cómodas para él, pues el año pasado había alcanzado los 3,000 hits, 2,000 carreras anotas, 2,000 remolcadas y entendíamos que esos 13 ¨jonroncitos¨restantes para ser el cuarto hombre con 700 cuadrangulares, serían algo sin mucho obstáculos. Muchos entendíamos que con menos presión que el año anterior alcanzaría los 714 jonrones del Bambino y cuidado si en dos años, aun a sus 43, se podía pensar en los 755 de Bonds.
Lo más doloroso es que un hombre que ha sido noticia por su talento (.296-685-2083, más de 3,000 hits, más un montón de estadísticas y records que no caben en un artículo), sus escándalos con las sustancias prohibidas, las parrandas con lujosas megadivas, hoy día nadie se acuerda de Alex ni siquiera para criticarlo.
Antes Rodríguez era la punta de lanza de todo el que quería elevar o denostar su figura. Sus pobres estadísticas este año (.220-8-28, .260 OBP, .692 OPS) más que críticas, han provocado el olvido hasta de sus más acérrimos enemigos. Es tal el asunto que entrando a su página en MLB, su última Fantasy News (relativo a lo más reciente o más destacado de un jugador) se remonta a un lejano 27 de junio o lo último sobre el fue publicado el 2 de julio, hace once días. El año pasado Alex era noticia diaria.
Muchos no estarán de acuerdo con el planteamiento de Girardi de alinearlo únicamente contra lanzadores zurdos, pero en mi caso resulta más doloroso ver tanto talento colocado como un toten u objeto decorativo.
Ojalá y esta segunda parte de la temporada sea de redención para uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos.
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