El Santo Padre, a través del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, ha enviado un telegrama al obispo de Niza André Marceau por el atentado de ayer noche en que han fallecido hasta ahora 84 personas y más de un centenar han resultado heridas tras ser arrolladas por un camión lanzado a toda velocidad contra la multitud que asistía a un espectáculo de fuegos artificiales para celebrar la fiesta nacional de Francia.
“Mientras Francia celebraba su fiesta nacional la violencia ciega ha atacado de nuevo al país en Niza, causando numerosas víctimas entre las cuales niños –dice el texto- El Santo Padre, condenando una vez más acciones tales, expresa su profunda tristeza y su cercanía espiritual al pueblo francés. Confía a la misericordia de Dios a las personas que han perdido la vida y se une vivamente a la pena de las familias en duelo. Expresa su simpatía a las personas heridas al igual que a todos los que han contribuido a socorrerlas y pide al Señor que sostenga a todos en esta prueba. Implorando de Dios el don de la paz y de la concordia, invoca sobre las familias tan probadas y sobre todos los franceses el consuelo de las bendiciones divinas”.
Ya a primera hora de esta mañana el director de la Oficina de Prensa, Padre Federico Lombardi S.I declaraba en el Vaticano se habían seguido “con gran preocupación las terribles noticias procedentes de Niza” y manifestaba la participación y solidaridad en los sufrimientos de las víctimas y de todo el pueblo francés en aquello que debía haber sido un día de fiesta. “Condenamos en el modo más absoluto-concluía- cualquier manifestación de locura homicida, de odio, de terrorismo y de cualquier ataque a la paz”.