El presidente Danilo Medina firmó la nueva Ley Orgánica de la Policía Nacional que aprobada por el Congreso Nacional. El objetivo de la ley es reforzar la institucionalidad, modernizar el cuerpo policial y garantizar mayores niveles de transparencia.
El nuevo código dota a la Policía Nacional de una estructura más simple y operativa, con una hoja de ruta más clara a la hora de establecer los ascensos, retiros y acciones disciplinarias al interior del cuerpo.
En una nota emitida por el Palacio Nacional sobre la promulgación de la ley, se informa que la misma busca lograr una carrera profesional policial basada en el mejor desempeño, con una mayor especialización en los dos papeles que la policía tiene como misión: la prevención y la persecución del delito.
Se contempla también mayor flexibilidad para reorganizar los destacamentos policiales, destinando así más efectivos a aquellas áreas que tienen una mayor incidencia estadística de criminalidad.
La ley también fija las vías de acceso a la institución, a través de la escuela de cadetes para los oficiales, y a través de la Escuela de Entrenamiento Policial para los alistados. Recibirán así cada uno la formación especializada que necesiten para el desempeño de sus funciones.
Reasignación de agentes para proteger a la población
La reforma también contempla la racionalización del número de agentes destinados a labores de escolta, liberando así numerosos efectivos que serán reasignados al patrullaje y protección de la población.
El resultado de toda esta serie de medidas será una policía renovada, más formada, más disciplinada y más cercana a la ciudadanía que tiene como misión defender.
Parte integral del Plan de Seguridad
La reforma de la policía es parte del Plan de Seguridad Ciudadana que fue lanzado por el Gobierno de Danilo Medina a principios de 2013 y que ha comprendido una serie de medidas como la creación del Sistema 911 o la instalación de cámaras de videovigilancia.
Desde que se aplicó el plan de seguridad, los índices de criminalidad han descendido continuamente. Así, en 2012, la tasa promedio era de 24.30 asesinatos por cada 100 mil habitantes, mientras que entre enero y mayo de 2016 la tasa está en un 14.81, por cada 100 mil habitantes.